Nadie en Venezuela encontrará hoy el diario El Nacional reposando en los estantes del quiosco. La edición en papel de esta cabecera de referencia acaba de desaparecer del abanico periodístico venezolano, cada día más pequeño y menos plural. Las presiones que el Gobierno de Nicolás Maduro lleva años ejerciendo contra los medios de comunicación ha podido también con este periódico antichavista que nació en Caracas hace 75 años.
“El modelo de negocio no era sostenible. La asfixia financiera empezó los primeros años de Hugo Chávez en el poder, cuando comenzó a instaurar la llamada ‘hegemonía comunicacional’. Primero atacaron a la radio y la televisión, medios que ahora tienen que autocensurarse si no quieren desaparecer. Después a la prensa crítica: nos restringieron la publicidad, nos exigieron más impuestos, además de tener que afrontar amenazas y agresiones que han quedado totalmente impunes.
El golpe definitivo llegó en el año 2013, cuando empezaron las trabas para adquirir papel. Crearon un monopolio estatal para importar papel que suministraba a los que seguían la línea del Ejecutivo. Nosotros hemos subsistido hasta hoy gracias a la solidaridad de otras cabeceras sudamericanas, que nos proporcionaban papel… pero la rotativa no podía seguir así. La plantilla del diario pasó de 1.600 a 280 personas. Dejamos de publicar los lunes y los sábados. La tirada se redujo de 250.000 ejemplares a 10.000”, contaba ayer Miguel Henrique Otero, presidente y editor de El Nacional.
Tras 75 años de vida, el rotativo apuesta por la edición digital y así mantener su línea opositora con el poder