“La oposición quiere dar un golpe de Estado en Venezuela, pero no lo lograrán. Les juro que no volverán ni por las malas ni por las buenas. Aquí habrá revolución para largo, se los juro”, exclamó este martes Nicolás Maduro durante el segundo aniversario del Movimiento Somos Venezuela en un claro mensaje a Juan Guaidó, el presidente encargado de Venezuela reconocido por más de 50 países.
“Hagan lo que hagan no van a poder, porque hay una sólida unión cívico-militar, un sólido poder basado en la Constitución, entre más avancemos, más garantía de paz y estabilidad hay”, agregó el chavista.
El dictador lanzó estas amenazas al mismo tiempo que pedía “un diálogo”para salir de la crisis. Semanas atrás, negociaciones en Oslo se frustraron justamente por la poca voluntad chavista. Según el entorno de Guaidó, el único diálogo posible debe incluir la salida del “usurpador”
En la misma intervención en la que amenazó a sus detractores, Maduro también aseguró que en Venezuela, la pobreza extrema o miseria, ha sido “reducida” y cifró en “cinco o seis por ciento” la cantidad de personas en esta condición. Hizo estas declaración aún cuando hay estudios que afirman que el 60% de los venezolanos se acuesta con hambre cada noche. Además, no aportó ninguna cifra oficial, estadísticas que hace años oculta el régimen.
Es más, esta semana Unicef alertó que uno de cada tres niños venezolanos requieren ayuda urgente en nutrición, salud y educación. El organismo de Naciones Unidos afirmó que hay 3,2 millones de menores con esas necesidades básicas insatisfechas.
Es que Venezuela experimenta el mayor colapso económico sucedido en un país sin guerra en al menos 45 años. Según los economistas citados por The New York Times, el mal gobierno, la corrupción y las políticas erróneas del régimen de Nicolás Maduro y su predecesor, Hugo Chávez, desataron una inflación desenfrenada que clausuró empresas y destruyó al país