Si bien es poco probable, la posibilidad de un catastrófico impacto de asteroide en la superficie de la Tierra es una amenaza latente que nunca deja de preocupar tanto a astrónomos como a ciudadanos comunes.
Tal es el caso del gigantesco asteroide 99942 —llamado Apofis en honor al ‘dios del caos’ egipcio— que se dirige rumbo a nuestro planeta. Pero un reciente tuit del empresario estadounidense Elon Musk sobre el tema podría exacerbar aún estos miedos.
“¡Estupendo nombre! No me preocuparía sobre este en particular, pero a la larga una gran roca golpeará a la Tierra y actualmente no tenemos defensa“, escribió Musk en respuesta al mensaje de su amigo y anfitrión de podcasts Joe Rogan, quien a su vez compartió un artículo sobre el cuerpo celeste.
Daños apocalípticos
Si este asteroide del tamaño de casi cuatro canchas de fútbol chocara con nosotros, la fuerza del impacto tendría consecuencias devastadoras equiparables a la detonación de 15.000 bombas nucleares como las de Hiroshima, en simultáneo.
Inicialmente, las probabilidades de semejante escenario fueron estimadas en un 2,7 %, pero luego fueron descartadas por los científicos en el futuro cercano. Según sus cálculos, el ‘monstruo’ espacial pasará a 31.000 kilómetros de la superficie terrestre —menos de una décima parte de la distancia entre la Tierra y la Luna— el próximo 13 de abril de 2029.
Defensa planetaria
De esta forma, más que una amenaza, su acercamiento ofrecerá un espectáculo único que podrá ser apreciado a simple vista y, según la NASA, significará una “increíble oportunidad para la ciencia“.
Así, con las observaciones de ese fenómeno “obtendremos importantes conocimientos científicos que algún día podría ser usado para la defensa planetaria”, expresó Paul Chodas, director del departamento CNEOS de la agencia espacial estadounidense que estudia los objetos próximos a la Tierra.
Sin embargo, una pequeña posibilidad del colapso del Apofis —estimada en torno de 1 en 100.000— no deja de estar excluida para las próximas décadas. Y mientras tanto, la NASA colabora con SpaceX, la compañía de Musk, para llevar a cabo en 2022 el primer ensayo de tecnología de defensa planetaria, en el que se desviará un asteroide.