“Las acciones de nuestros colegas estadounidenses, incluido el despliegue terrestre de lanzadores polivalentes Mk-41 en el territorio de Rumanía y Polonia, que contravienen el Tratado INF, plantean serias preguntas”, dijo Ermakov durante debates generales ante el Primer Comité de la Asamblea General de la ONU.

En lo referente al Tratado START, Ermakov afirmó que Moscú “está dispuesto a prolongarlo por cinco años más”, aunque, en primer lugar, “es necesario cerrar todas las cuestiones pendientes sobre su cumplimiento por parte de EEUU”.

“Necesitamos un socio interesado y responsable”, enfatizó.

Rusia y EEUU firmaron el Tratado START III en abril de 2010 en Praga en sustitución de los dos acuerdos anteriores, el START I de 1991 y el Tratado de Reducciones de Armas Ofensivas Estratégicas de 2002.

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El START III, que entró en vigor en febrero de 2011, obliga a los dos países a recortar y limitar el número de armas estratégicas.

Además las partes están obligadas a intercambiar cada seis meses datos sobre sus arsenales estratégicos.

Moscú subrayó en reiteradas ocasiones que el aumento del potencial militar de la OTAN, la expansión de sus misiones globales y de la actividad militar, así como la futura ampliación de la Alianza y el acercamiento de su infraestructura militar a las fronteras rusas, también en el marco del escudo antimisiles global de EEUU, representan una amenaza a la seguridad nacional de Rusia.

El Tratado INF sobre misiles de alcance medio y corto, firmado entre Washington y Moscú en 1987, no tiene fecha de caducidad y prohíbe a las partes disponer de misiles balísticos terrestres o misiles de crucero con un radio de acción entre los 500 y los 5.500 kilómetros.

Rusia y EEUU se han acusado en varias ocasiones de desarrollar sistemas que violan este pacto.