Argentina se convirtió en un bocadillo de nocilla en manos de Mbappé, que merendó de lo lindo en el primer partido de octavos de final del Mundial. Apenas 19 años contemplan al joven delantero francés, suficientes para iluminar toda Rusia con una de las mayores exhibiciones futbolísticas que se recuerdan y clasificar a Francia para los cuartos de final. Todo lo contrario que Leo Messi, ausente también en Kazán, incapaz de liderar a los suyos hacia una nueva gesta. Leo ya está de vacaciones, toca reflexionar y de lo lindo.

Tuvo las ideas más claras Francia que Argentina de inicio, nada nuevo después del desbarajuste táctico que ha ofrecido la albiceleste desde que aterrizó en Rusia. Sampaoli parece un auto de choque, con una conducción más que discutible no ha parado de darse golpes pero ha ido sobreviviendo hasta ahora. Todo lo contrario que Deschamps, la seriedad y la formalidad en persona, que viaja con chófer sin rebasar el límite de velocidad y sin perder por un centímetro su carril.

El desbarajuste táctico de Sampaoli acabó condenando a Argentina

La última carta en la baraja táctica -desbarajuste táctico- de Sampaoli resultó ser prescindir de sus delanteros y situar a Messi como falso punta. Otro accidente en la atracción estrella de la feria, anticipo de lo que vendría después. No se escondió Francia en sus quehacerse defensivos, incrustado hasta Giroud detrás del balón cuando atacaba Argentina.

El dominio del juego fue claramente argentino. Un dominio más propicio para Francia que para los propios sudamericanos. Agazapado en su caparazón, el equipo galo estaba feliz con el escenario que le proponía el rival. Con la misma sonrisa que un niño cuando le regalan una bolsa de golosinas.

Leo Messi, sin soluciones ante Francia

Leo Messi, sin soluciones ante Francia (Benjamin Cremel / AFP)

No entendía Argentina que no disponía de mimbres para crear y tejer el juego, rodeado Banega de una falta de talento alarmante, con los toscos Mascherano y Enzo Pérez como escuderos. Todo lo contrario ocurría con los franceses, una selección diseñada para ser dominada y salir al contragolpe.

Disfrutó Francia en la primera mitad a pesar del golazo de Di María que igualaba las fuerzas en el marcador al filo del descanso. Griezmann y, especialmente, Mbappé brillaron como hace la luna cuando está llena. El jovencísimo delantero del PSG fue la estrella en Kazán, con cabalgadas dignas de permanecer en la memoria durante muchos años.

Di María celebra su golazo ante Francia

Di María celebra su golazo ante Francia (Felipe Trueba / EFE)

Bastaba una carrera de Mbappé para romper por completo la defensa de Argentina, especialmente al ya exhéroe Rojo, que se quedó en el vestuario al descanso. Antes del cuarto de hora ya había forzado un penalti empezando a correr con el balón cerca de su propia área. Impresionante. Griezmann le puso la guinda anotando desde los onces metros. El del Atlético se reconciliaba así con el gol tras estrellar una falta violentamente en el larguero de Armani.

Pogba se convirtió en el mejor socio de Mbappé, que provocaba pesadillas entre los argentinos cada vez que lanzaba un esprint. Pero con un gigante Otamendi y mucho sacrificio, el equipo de Sampaoli logró esquivar las balas. Y, además, se topó con el empate casi de casualidad gracias al zurdazo de un Di María que, hasta entonces, había intentado hacer una tortilla con un neumático.

El golazo de Di María y el desvío de Mercado fueron dos oasis en una Argentina sin rumbo

La fe de Argentina, porque no hay muchos más argumentos para relatar lo que sucedía sobre el césped, obró otro milagro recién comenzada la segunda parte. Messi disparó casi de costado, sin ver portería, y Mercadodesvió la pelota al fondo de la red de Lloris. Sampaoli enloqueció, acaso ante la incredulidad de haberse puesto por delante de la todopoderosa Francia.

La alegría argentina apenas duró unos minutos. Una cabalgada de Lucaspor la izquierda acabó con el balón en la esquina derecha del área y con sutil toque de Pavard con el exterior que acabó en la escuadra de Armani. Y, prácticamente a renglón seguido, Mbappé se inventó una jugada en el área y desnudó a la defensa argentina -esto segundo no tuvo demasiado mérito- para anotar un gran gol y adelantar a los del gallo.

El defensa francés Benjamin Pavard
El defensa francés Benjamin Pavard (Julio Muñoz / EFE)

La desesperación se apoderó de Argentina, que se lanzó al ataque con tan pocas ideas y tan poca claridad como durante toda su estancia en Rusia. De nuevo, el escenario era perfecto para Francia, que volvía a tener todos los espacios con los que soñaba desde pequeñita. Con ganas de más nocilla, Mbappé volvió a desmarcarse y a batir a Armani para culminar la mejor merienda de su vida y sentenciar el partido.

Esta vez, la fe no le alcanzó a la albiceleste para igualar las fuerzas, muy asentada Francia, jugando con toda la confianza del mundo. Compareció Agüero en busca del milagro pero ya era demasiado tarde y su gol apenas sirvió para soñar unos segundos. El fracaso de Sampaoli, de Argentina y también de Leo Messi era un hecho. Francia jugará los cuartos de final de este Mundial con todas las de la ley. La ley de Mbappé.

Ficha técnicaFrancia, 4 – Argentina, 3

Francia: Lloris, Pavard, Varane, Umtiti, Lucas Hernández; Kanté, Pogba, Matuidi (Tolisso, m.75); Mbappé (Thauvin, m.88), Griezmann (Fékir, m.83) y Giroud.

Seleccionador: Didier Deschamps.

Argentina: Armani; Mercado, Otamendi, Rojo (Fazio, m.46), Tagliafico; Mascherano, Enzo Pérez (Agüero, m.65), Banega; Di María, Pavón (Meza, m.75) y Messi.

Seleccionador: Jorge Sampaoli.

Goles: 1-0, m.13: Griezmann (p). 1-1, m.41: Di María. 1-2, m.48. 2-2, m.57: Pavard. 3-2, m.64: Mbappé. 4-2, m.68: Mbappé. 4-3, m.93: Agüero.

Árbitro: Alireza Faghani (IRN). Amonestó a Matuidi (m.72), Pavard (m.74) y Giroud (m.93), de Francia; y a Rojo (m.12), Tagliafico (m.19), Mascherano (m.42), Banega (m.49) y Otamendi (m.93), de Argentina.

Incidencias: partido de octavos de final de la Copa del Mundo de Rusia 2018, disputado en el estadio Kazán Arena (Kazán), ante 42.873 espectadores.