El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benitez, emplazó hoy a los mandatarios que asisten a la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a abordar la situación que vive la diáspora venezolana, una realidad que “no puede ser obviada, sino que debe ser abordada” y para la que hay que “buscar una solución”, enfatizó. Se despegó de esa forma de las declaraciones que su par argentino, Alberto Fernández, había hecho al inaugurar el bloque regional en las cuales defendió a los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
En su discurso ante el plenario de la CELAC este marte en Buenos Aires, Abdo Benítez pidió un “diálogo sincero” y recordó que “así como” preocupan los hechos de violencia ocurridos en Perú y en Brasil, “también” inquieta el “éxodo masivo” de Venezuela.
En referencia a las dictaduras regionales y haciendo referencia a Venezuela, Abdo fue contundente y afirmó: “La democracia como sistema de gobierno si bien inicia con eleccioones libres, periódicas y transparentes, no culmina allí. Las elecciones nos dan legitimidad de origen, pero el verdadero desafío está en ejercer el poder garantizando la pluralidad política, la dignidad humana, la libertad de expresión, el respeto al estado de derecho, la separación y la independencia de los poderes”.
“Así como nos preocupan los hechos ocurridos en Perú, en Brasil, también nos preocupan presidente el éxodo masivo que vemos” en Venezuela, dijo el presidente paraguayo.
El presidente de Paraguay Mario Abdo Benítez durante la cumbre de la CELAC en Buenos Aires. Allí cuestionó la falta de atención que se le da a los millones de venezolanos que abandonaron su país a instancias de la dictadura chavista (Reuters)
“No podemos mirar a un lado, cuando más de siete millones de venezolanos han abandonado sus hogares pidiendo refugio” en la región, recordó el presidente paraguayo en la que fue su última intervención en este foro, ya que este año termina su mandato. Además, Benítez recordó que, según ACNUR, la migración venezolana es la segunda crisis de desplazamiento externo de mayor magnitud en el mundo, después de la siria.
La alocución del mandatario fue difundida por las redes sociales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay, ya que las sesiones se celebran a puerta cerrada.
Los preparativos de esta cumbre han estado marcados por la polémica en Argentina, ya que la oposición al Gobierno de Alberto Fernández denunció las violaciones a los derechos humanos del presidente venezolano Nicolás Maduro, el cubano Miguel Díaz-Canel y el nicaragüense Daniel Ortega. Finalmente, de los tres líderes solo Díaz-Canel asiste al foro, que se desarrolla entre fuertes medidas de seguridad debido a las protestas de manifestantes, mientras que Maduro canceló su viaje a última hora.
Tanto el presidente argentino como su par brasileño, Lula da Silva abogaron por el fortalecimiento de la integración regional en un ambiente de diversidad y diálogo.
Por último, Abdo Benítez pidió que se constituya en un “espacio sincero de integración y no de intromisión”, porque Paraguay, dijo, cree, en una “integración en la que se respete la democracia y se respeten los derechos humanos”.
El dictador cubano MIguel Díaz-Canel, en el centro de la imagen, participó de la cumbre de la CELAC en Buenos Aires. Allí recibió elogios del presidente argentino Alberto Fernández (Reuters)
Defensa de dictaduras
La inauguración de la Cumbre de la CELAC volvió a dejar en evidencia la afinidad que existe entre el gobierno argentino, hoy encabezado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, con las dictaduras que lideran el nicaragüense Daniel Ortega, el cubano Miguel Díaz Canel y el venezolano Nicolás Maduro.
En el discurso de apertura del evento que se realizó en Buenos Aires, el jefe de Estado anfitrión primero invitó a sus pares a luchar contra “los bloqueos” que sufren algunos países de la región: “Son un método muy perverso de sanción, no a los gobiernos sino a los pueblos. Por lo tanto, no podemos seguir permitiéndolo”.
El presidente argentino siguió su alocución, pero ya de forma más explícita: “Cuba lleva un bloqueo de más de seis décadas y eso es imperdonable. Venezuela padece otro tanto y nosotros tenemos que levantar nuestra voz… Creemos en la democracia, que está definitivamente en riesgo. Después de la pandemia, la ultraderecha se ha puesto de pie y amenaza a cada uno de nuestros pueblos. Nosotros no debemos permitir que esa derecha recalcitrante y fascista ponga en riesgo la institucionalidad de nuestros pueblos”.
El posicionamiento ideológico de Alberto Fernández se profundizó instantes después en su discurso: “Todos los que están aquí han sido elegidos por sus pueblos y sus pueblos los legitiman como gobernantes. Y por lo tanto, más allá de cómo cada pueblo decida, en la diversidad debemos respetarnos y en la diversidad debemos crecer juntos”. Una frase por demás llamativa si se repara en las características de los gobiernos de Nicaragua, Cuba y Venezuela.
En representación de Nicaragua estuvo el canciller Denis Moncada; por Cuba participó el jefe del régimen Miguel Díaz Canel; y Venezuela envió como referente a su ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil.