El presidente francés, Emmanuel Macron, visitó hoy el Arco del Triunfo para comprobar los desperfectos que ha sufrido el monumento, símbolo de la República, que fue objeto ayer de vandalismo durante las protestas de los llamados “chalecos amarillos”.

El jefe del Estado, acompañado del ministro del Interior, Christophe Castaner, rindió homenaje a la tumba del soldado desconocido, que representa a todos los franceses muertos en la Primera Guerra Mundial, ensuciada ayer por los alborotadores que dejaron sobre ella latas de cerveza y otros objetos.