Luis Abinader ha tenido a la persistencia como una de sus herramientas de trabajo en política, con un proyecto político iniciado hace 15 años, como precandidato a senador de la provincia Santo Domingo en 2005.
Para las elecciones del próximo domingo 5 de julio, Abinader ha logrado consolidar al liderazgo del Partido Revolucionario Moderno (PRM) a su alrededor, derrumbando el talón de aquiles del paterno Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en el que tradicionalmente un sector se sentaba ver perder al otro.
Esto se evidencia con un expresidente Hipólito Mejía trabajando en la calle a todo vapor, la exvicepresidenta Milagros Ortiz, la alcaldesa Carolina Mejía y la adición del liderazgo emergente de David Collado en esa organización.
“El PRM está más unido que nunca, y tenemos como única meta hacer de la República Dominicana un país más próspero y justo. Me enorgullece ver la determinación con que esta nueva generación ha asumido ese compromiso”, atestigua el propio exmandatario Mejía.
Con 52 años, Abinader se acerca al poder, según las últimas encuestas realizada la semana anterior a las elecciones supera la barrera del 50% para ganar en la primera vuelta, lo que tendrá que validar llevando esas simpatías a votar y capitalizando el sentimiento de cambio que registró la encuesta Greenberg-Diario Libre (un 42% dice que traerá el cambio).
Desde 2016 ha trabajado en esa estrategia de cambio “la nueva cara del cambio” y ha logrado capitalizar más tras el empoderamiento que tomaron sectores con las protestas luego de las fallidas elecciones del 16 de febrero y el fracaso del voto automatizado.
Los números le indican que pudo sortear su peor momento y recuperarse, que fue al inicio de la pandemia luego de las elecciones del 15 de marzo.
Inició una larga “ruta solidaria” por el país entregando alimentos y medicinas a iglesias, que concluyó con el contagio del COVID-19 para él y su familia, convirtiéndolo en una víctima desde el 10 junio cuando lo anunció.
Su ascenso político
Siendo solo conocido como el hijo de José Rafael Abinader, a quien acompañó en toda su carrera presidencial, Luis tenía en sus manos ya la candidatura a senador de la provincia Santo Domingo para las elecciones del 2006, en las que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) la cedió en “alianza rosada” a los reformistas.
Luego del proceso electoral del 2008 emprende con ahínco un proyecto presidencial que mantuvo contra viento y marea de los que le dijeron que era menos conocido que su padre y que debía aspirar a senador o alcalde.
Abinader hereda políticamente al sector dirigencial que respaldó el proyecto presidencial de Rafael Suberví Bonilla, alcalde dos veces del Distrito Nacional y candidato vicepresidencial de Mejía en el 2004.
En lo adelante, fue creciendo lentamente en medio de una batalla de dos gladiadores, Hipólito Mejía y Miguel Vargas, que terminó de la peor manera para el PRD: con violencia y división.
Su posicionamiento motivó a que ambos grupos lo vieran como el candidato vicepresidencial ideal, firmando un acuerdo en plena campaña interna con Mejía, el 12 de diciembre de 2010 denominado el de “las corbatas amarillas por la educación” en el que se comprometió a ser el candidato vicepresidencial del exmandatario.
Esa campaña le permitió darse a conocer recorriendo el país, ganándose el cariño de los dirigentes, el respeto de Mejía y proyectándose como el líder de relevo en un partido opositor desgastado por las guerrillas internas.
En el 2014 funda junto a Mejía y una gran parte de los dirigentes tradicionales el PRM, teniendo como plataforma el partido Alianza Social Dominicana (ASD), organización política que mantuvo con celo su padre, como un aliado tradicional del PRD.
Desde ahí, ha sido electo dos veces candidato presidencial, en primarias que se convirtieron en un referendo aprobatorio de sus aspiraciones, ya que en el 2015 obtuvo 70% y el 6 de octubre de 2019 las ganó con un 74%.
Esto lo logró sin crear ronchas con el exmandatario, quien reconoció su victoria al día siguiente.
Repunte del PRM
El PRM ha logrado un ascenso vertiginoso en solo seis años, y según la mayoría de las encuestas reconocidas es el partido con más simpatías, lo que se ha consolidado luego de la división del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) por la salida de Leonel Fernández, quien creó la Fuerza del Pueblo al modificar el nombre del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD).
Abinader también se ha granjeado el apoyo de dirigentes del PRD en todo el país que ocuparon posiciones de viceministros y embajadores en el actual gobierno, así como cargos ejecutivos en el partido.
Junto al PRM tienen el gran reto de vencer a una maquinaria en el Estado, con experiencia ganadora, aunque esta vez tienen la ventaja de que el PLD está debilitado luego de una división y el desgaste de la marca partidaria por 16 años consecutivos en el poder.
Para el próximo 5 de julio va como candidato presidencial de siete partidos políticos reconocidos, logrando adicionar a su coalición a la Alianza por la Democracia (APD), el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) y el apoyo de figuras con proyectos presidenciales nuevos como el diputado Víctor -Ito- Bisonó.