Depositphotos) Una nueva investigación sobre los usos no aprobados para un medicamento de 50 años comúnmente prescrito para la presión arterial alta ha descubierto que podría prevenir la aparición de la diabetes tipo 1.

La prometedora investigación también sugiere un nuevo enfoque para investigar fármacos que podrían ayudar a tratar una variedad de enfermedades autoinmunes. Hasta el 60 por ciento de las personas en riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 poseen una molécula llamada DQ8.

El nuevo estudio, de investigadores de la Universidad de Colorado y la Universidad de Florida, se propuso investigar si el bloqueo de esa molécula específica también podría bloquear el inicio de la diabetes tipo 1 y si ya había un medicamento aprobado que logró este efecto.

“Tomamos todos los medicamentos de molécula pequeña aprobados por la FDA y analizamos la unión de HLA-DQ8 a través de una supercomputadora”, explica Aaron Michels, uno de los investigadores que trabaja en el proyecto. “Buscamos mil orientaciones para cada fármaco para identificar aquellas que encajarían en el surco de unión de la molécula DQ8”. La investigación se centró en un medicamento llamado metildopa, que se ha recetado con seguridad tanto a adultos como a niños durante más de 50 años para tratar casos de hipertensión.

Después de probar que el fármaco bloqueaba específicamente DQ8 en estudios con ratones, el siguiente paso fue un ensayo de fase 1 en el que participaron sujetos humanos con diabetes tipo 1 para evaluar tanto la seguridad de la dosis como la eficacia en la reducción de los niveles de DQ8 en pacientes diana. Como un ensayo clínico temprano de prueba de concepto, los resultados fueron prometedores.

Se observó que la metildopa reduce las respuestas de las células T específicas de la insulina en pacientes con diabetes tipo 1 de reciente inicio, lo que indica que el fármaco podría ser eficaz para prevenir el desarrollo de la enfermedad. Un ensayo clínico más grande, programado para comenzar este año, es el siguiente paso para los investigadores.

Otro resultado convincente de la investigación es la posibilidad de que el mismo proceso de investigación se transfiera a otras enfermedades. La simple alteración de los objetivos moleculares debería permitir que la computadora analice si otros medicamentos aprobados actualmente podrían tener usos beneficiosos no aprobados.

“Este estudio sugiere que el mismo enfoque se puede adaptar para prevenir enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, la enfermedad celíaca, la esclerosis múltiple, el lupus eritematoso sistémico y otros”, dice David Ostrov, otro investigador del proyecto. El nuevo estudio fue publicado en el Journal of Clinical Investigation.

Fuente: Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado