El amor de los japoneses por el trabajo es legendario. En un país en el que cada vez se registran más casos de karoshi, muerte por exceso de trabajo, no es fácil concienciar a la sociedad de los beneficios del descanso. Ahora, una propuesta para trabajar cuatro días a la semana ha dividido a la población y puede quedar en un intento fallido por la incertidumbre de la recuperación económica, la escasez de mano de obra o ese arraigado desdén nipón por el tiempo libre.
El Gobierno japonés empezó en 2017 a poner en marcha iniciativas de descanso, como el llamado Premium Friday (súper viernes), una campaña que ha tenido un seguimiento muy relativo y que intenta que los empleados se tomen libre la tarde del último viernes de cada mes.
Algunas empresas privadas del país han puesto en marcha sus propios programas. Desde hace poco menos de dos años la firma Yahoo Japan ofrece a su plantilla tomar tres días libres a la semana a fin de mejorar su productividad. La iniciativa no es nueva, ya se puso en marcha a principios del siglo pasado y comienza ahora a resurgir como forma de reducir el estrés de la población y el impacto ambiental.
El Gobierno apoya estas fórmulas, pero siempre respetando la decisión de las empresas y de los empleados para ponerlas en marcha. Según datos del Ministerio de Trabajo japonés, hasta 2018 solo un 6,9% de empresas con más de 30 empleados había introducido la semana laboral de cuatro días “en alguna de sus modalidades”.
Por ejemplo, la firma Fast Retailing, propietaria de las tiendas de ropa Uniqlo,permite librar tres días entre semana a cambio de un fin de semana trabajado. El fabricante de sistemas de acueductos Metawater experimenta desde el año pasado con la semana de cuatro días y espera instaurarla este año de forma generalizada, según Takashi Yuasa, portavoz de la empresa, quien duda de que otras compañías se sumen hasta que las grandes firmas pongan en marcha iniciativas similares. Yuasa, señala la reducción de horas de trabajo debido a la creciente automatización y la expansión del internet de las cosas.