Corea del Sur completó hoy el despliegue del sistema antimisiles THAAD en su territorio con la instalación de cuatro interceptores de proyectiles adicionales con los que Seúl busca mejorar su defensa en caso de un ataque de Corea del Norte.

 

“El Gobierno desplegó provisionalmente las lanzaderas adicionales del sistema THAAD de las Fuerzas de Estados Unidos en Corea del Sur para proteger la vida y la seguridad de la gente de las cada vez más intensas amenazas nuclear y de misiles de Corea del Norte”, dijo el Ministerio de Defensa de Seúl en un comunicado.

El ministerio matizó que la instalación es provisional y se tomará una decisión sobre su despliegue permanente cuando se realicen los estudios de impacto medioambiental pertinentes, que ya llevaron al Gobierno del presidente Moon Jae-in a paralizar el pasado junio el emplazamiento de los cuatro dispositivos.

 

“La batería estará operativa tan pronto como EEUU finalice sus procedimientos internos”, dijo el portavoz de Defensa, Moon Sang-gyun, en una rueda de prensa recogida por la agencia Yonhap.

El primer ministro surcoreano, Lee Nak-yon, admitió que el despliegue del escudo ha sido una decisión “difícil” pero “inevitable, para proteger a la población en respuesta a la sofisticación del programa nuclear y de misiles norcoreano”, durante una reunión del Ejecutivo recogida por la agencia local Yonhap.

Lee aludió así al fuerte rechazo que ha suscitado la instalación de la batería entre la población local, lo que se ha reflejado en sucesivas protestas que culminaron hoy con enfrentamientos violentos entre centenares de residentes y las fuerzas de seguridad, que han dejado docenas de heridos.

Unos 8.000 policías fueron desplazados hasta el área cercana al lugar, donde unos 400 manifestantes trataron de impedir el acceso de las lanzaderas a la base de artillería cercana atados a camiones que bloquean las carreteras y formando cadenas humanas.