LeBron James anotó 44 puntos, empató la final del Este 2-2 ante los Boston Celtics y superó al legendario Kareem Abdul-Jabbar como el jugador con más canastas encestadas en la historia de los playoffs de la NBA, en una jornada memorable para el estelar alero de los Cavaliers.
Cleveland, que había perdido los dos primeros juegos en Boston, ganó 111-102 e igualó así la eliminatoria, que se le había puesto absolutamente en contra hace apenas unos días.
No en vano, el 95% de los equipos que empezaron 2-0 llegaron a las finales y, en el caso de los “Verdes”, su trayectoria invitaba aún más al optimismo al haber firmado este inicio 37 veces y haberse plantado en la última instancia en todas ellas.
Pero enfrente, en esta ocasión, está LeBron, a quien el debate lo compara ya con Michael Jordan como el mejor basquetbolista de todos los tiempos.
El número 1 en playoffs
Este lunes, “el Rey” dio un paso más hacia el trono al batir las 2.356 canastas de Abdul-Jabbar en playoffs. A partir de ahora, él escribirá esta historia cada día.
“Simplemente he puesto mucho trabajo en ello. El Hombre de Arriba me ha dado algunas habilidades que intento aprovechar. Cuido mi cuerpo y trato de ponerme en posición de hacer lo mejor que puedo”, comentó LeBron.
Después de vapulear a los Celtics por 30 en el tercer encuentro (116-86), los locales quisieron escribir el mismo guión desde el comienzo, con todos sus jugadores participando en las acciones de ataque, sólidos e intensos en defensa y machacando la zona rival con Tristan Thompson y Kevin Love.
Para ello, James debía involucrar a sus compañeros, repartiendo el balón y las responsabilidades. Y ejecutó el plan a la perfección. Su primera canasta llegó a los tres minutos y, tres después, Cleveland se situaba 17-10 por delante, con cuatro de sus cinco hombres habiendo anotado.
Enfrente, el dominicano Al Horford se mostraba más agresivo, atacando el aro, más presente en la organización y ejecución de los suyos pero sin suerte. No en vano, anotó su primera canasta en el segundo cuarto.
Cómodos, los locales acabaron el primer parcial 34-18, con James viendo los últimos compases desde el banco.
Volvían los fantasmas de los Celtics, que habían cedido 15 unidades en el tercer juego y 16 en este cuarto a las primeras de cambio, de nuevo con varias bandejas y mates errados contra todo pronóstico.
Los Cavs amenazaron con romper definitivamente la contienda con una máxima renta de 19 puntos pero sus numerosas pérdidas mantuvieron a sus rivales en el partido, al aprovechar sus ocho “turnovers” con 10 tantos.
Kyle Korver se erigió como el factor sorpresa de los locales con 14 puntos y dos tapas saliendo desde la banca y, con un parcial final de 11-3, Cleveland se marchó a los vestuarios 68-53, con un acierto del 61,5% en el lanzamiento.
En los últimos 13 años, los Celtics solo habían recibido 68 puntos al descanso en tres ocasiones, la anterior el año pasado, de nuevo ante los Cavs y, de nuevo, en las finales del Este.
De más a menos
Tras la reanudación, en los locales emergió la irregularidad que los caracteriza. Luego de firmar una primera mitad inmaculada, acumularon errores y faltas y Boston se acercó a ocho.
Kevin Love cometió su quinta falta y, sumadas a sus cinco pérdidas y una sola canasta, se marchó a descansar. Pero un parcial de 7-0 y 35 puntos al final del tercer cuarto de LeBron volvieron a estirar la diferencia a 13 (89-76).
Once asistencias en los primeros 24 minutos y solo una en los siguientes 14 definían a la perfección el golpe de timón en el juego local.
Los Celtics amenazaron con la remontada al recortar su desventaja hasta los siete pero LeBron gritó “basta”. Volvió a la pista, puso orden y sentenció un partido que parecía definido mucho antes.
Cleveland tendrá que ganar en Boston al menos un juego si quiere jugar sus cuartas Finales consecutivas. La dinámica está ahora a su favor pero los números amparan a los Celtics: 37 de 37 y 9-0 en estos playoffs en casa.
Con información de AFP