Las vacunas desarrolladas por los laboratorios Pfizer y Moderna son “altamente efectivas” para reducir el contagio de coronavirus, además de prevenir la enfermedad, con una eficacia del 90% una vez que se han administrado las dos dosis que componen ambas vacunas, según un estudio publicado este lunes por el Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC, siglas en inglés). Para acelerar el proceso de vacunación, la Casa Blanca ha anunciado que, para el 19 de abril, el 90% de los adultos de Estados Unidos serán elegibles para ser vacunados en un radio de ocho kilómetros de su hogar.
El presidente de Estados Unidos ha comparecido este lunes para pedir a la nación que no “baje la guardia”, ya que el trabajo contra la covid-19 “está lejos de haber acabado”. “Desde que llegué a la Casa Blanca los casos disminuyeron en dos tercios, pero están volviendo a subir”, ha explicado el mandatario demócrata que rogaba a los ciudadanos que hicieran uso de la mascarilla para poder “volver a la normalidad”.
Solo con la primera dosis de una vacuna de Pfizer o Moderna -que requieren dos inoculaciones- se logra una efectividad del 80% en la prevención de contagios. Los datos se basan en dos semanas de observaciones a 4.000 sanitarios que recibieron su primera dosis entre el 14 de diciembre y el 13 de marzo. “Estoy muy contenta por poder compartir la información sobre este nuevo estudio dirigido por el CDC, que evalúa la efectividad de las vacunas de Pfizer y Moderna a la hora de prevenir las infecciones”, anunció la directora de los diferentes centros estatales de Control y Prevención de Enfermedades, Rochelle Wallensky, en una rueda de prensa.
“El estudio es muy alentador”, recalcó Wallensky, que insistió en la importancia de que los ciudadanos se inyecten ambas dosis para poder lograr el mayor nivel de protección contra la covid-19, “especialmente cuando aumenta nuestra preocupación ante nuevas variantes” del virus. Para la directora del CDC, en una alocución muy conmovedora, las cifras que arroja el nuevo estudio son esperanzadoras, justo cuando se podría estar al borde de una nueva “inminente ola de fatalidad” en Estados Unidos similar a la que ha vivido Europa, con el aumento de los casos que ha provocado nuevas restricciones en los países. Según el recuento de la Universidad Johns Hopkins, en EE UU hay más de 30 millones de infectados por la covid-19 y han muerto más de 549.000 personas.
El estudio del CDC coincide con la aceleración del proceso de vacunación en Estados Unidos, con más de tres millones de dosis administradas diariamente. Hasta el pasado domingo, 93 millones de personas habían recibido al menos una dosis de algunas de las vacunas autorizadas en el país y unos 51 millones de personas estaban ya completamente inmunizadas (la población de EE UU es de algo más de 330 millones).
El pasado 11 de marzo, cuando se cumplía un año de que se hubiera declarado la pandemia, el presidente de EE UU emplazó a los Estados a considerar a todos los adultos como candidatos a la vacunación no más tarde del 1 de mayo, una señal de que confiaba en que hubiera suficientes dosis para entonces. La meta de Biden era simbólica y hasta patriota, ya que el mandatario deseó una vuelta a la normalidad relativa para el 4 de julio, el Día de la Independencia de la nación.
La semana pasada, la Casa Blanca se marcaba un nuevo objetivo en la vacunación, que duplicaba el que se fijó cuando los demócratas llegaron al poder el pasado 20 de enero. Biden se comprometió el pasado jueves a que se administren 200 millones de dosis de vacunas en sus primeros 100 días de presidencia (que se cumplirán a finales de abril).