Las nubes son, probablemente, el fenómeno meteorológico más frecuente del cielo. Las hay de muchos tipos, formas, texturas e incluso colores. Formadas por los ascensos de las masas de aire y la condensación del vapor de agua, las nubes pueden indicar situaciones de tiempo estable, desarrollos bruscos de tormentas o fuertes vientos en la atmósfera. Estas son las más curiosas y llamativas que suelen aparecer sobre nuestras cabezas.
Cumulonimbos
Se trata de uno de los tipos de nubes más famosas que existen. Se forman cuando el Sol calienta la superficie terrestre, calentándose igualmente el aire que más cercano al suelo. Ese aire más cálido asciende al ser menos denso, y al subir. Cuando asciende, se encuentra con temperaturas mas bajas condensa su vapor de agua formando una nube. Esas corrientes ascendentes son intensas, fruto del calentamiento diurno, y crean una gran nube de desarrollo vertical que puede llegar hasta la tropopausa (la separación de la troposfera con la estratosfera). Son nubes que van asociadas con tormentas eléctricas, granizo, viento y fuertes lluvias. Pueden medir mas de 10 kilómetros de longitud en la vertical, pueden verse a cientos de kilómetros y tienen una característica forma de yunque.
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Nubes lenticulares
Confundidas en muchas ocasiones con platillos volantes, estas nubes hacen honor a su nombre, pues tienen una característica forma de lente o platillo. Aparecen en el cielo en días de mucho viento en las capas altas, precisamente donde se encuentran. Suelen aparecer en zonas de montaña, cuando las masas de aire se topan con un obstáculo (la montaña) que se ven obligadas a sortear, ascendiendo y condensando el vapor de agua. De este modo forman la nube, que se topa con una inversión térmica por encima. O lo que es lo mismo, la temperatura asciende, por lo que el vapor de agua no puede condensarse más. Estas nubes son sinónimo de viento y suelen ser evitadas por pilotos de vuelos a motor por su peligrosidad.
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Nubes mammatus
Las nubes mammatus o mastodónticas son muy sencillas de identificar, pues parecen mamas o bolsas. En teoría no son nubes, sino ciertas formaciones que aparecen en la base de otras nubes, normalmente cumulonimbos, justo por debajo de su forma de yunque. Se forman cuando el aire frío desciende y se une al aire cálido ascendente, marcando el limite entre un aire fresco y estable y otro mas inestable y cálido. Verlas es sinónimo de encontrarse cerca de una fuerte tormenta.
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Cumulos congestus
Las nubes tipo cúmulos pueden estar asociadas tanto con tiempo estable como con complicaciones meteorológicas. Es el caso de los cúmulos congestus, nubes con una forma como de coliflor y que representan la etapa previa de una tormenta antes de convertirse en cumulonimbos. También son nubes de crecimiento vertical, pero no llegan a alturas como las de los cumulonimbos, sino que permanecen alrededor de los 5-6 kilómetros de altura. Cuando aparecen significa que posiblemente, en unas horas, se forme una tormenta.
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Nubes undulatus asperatus
Aunque su nombre suene a un hechizo de Harry Potter, la realidad es que son un curioso tipo de nubes. Se caracterizan por sus ondas, similares al oleaje del mar, que cubren el cielo como si viéramos el océano desde el fondo marino. Se trata de un tipo de una formación nubosa realmente extraña y difícil de observar. Suelen ser oscuras y con apariencia tormentosa, pero rara vez acaban produciendo este fenómeno.
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