También en Washington D.C., en la capital federal estadounidense, ha sido un fin de semana de celebraciones entre los seguidores de Joe Biden, satisfechos por la victoria del candidato demócrata.
“Celebramos que Trump se va”, dicen dos mujeres.
Sí, es un racista y como mujeres negras de este país, hemos venido para dar nuestro apoyo, porque la mayoría de los estadounidenses han votado para que deje el cargo”, señalan con la mirada sonriente y el rostro cubierto con sus mascarillas.
“Estoy tan feliz, odio a Trump, por eso supongo que vine a la celebración”, explica una joven que votó por el candidato demócrata.
Sin embargo, como el presidente Trump, son muchos entre sus partidarios quienes se resisten a aceptar el resultado de las elecciones. A lo largo y ancho del país, se manifiestan, algunos armados, intentando encontrar respuestas a la derrota.
“Uno ve que son los medios de comunicación los que han otorgado la victoria (a Biden). Una prueba irrefutable de que están manipulando, haciendo propaganda de toda esta elección. Lavando el cerebro a la gente, y se observa claramente”, comenta una mujer.
“Todavía estamos en la lucha. Hemos salido para hacer ruido, que nos escuchen, pedimos transparencia, queremos respuestas. Muchos estados iban muy ajustados y no deberían haberse adjudicado”, añade otra seguidora de Trump.
De momento ni Trump, ni sus asesosores aceptan la derrota, pese al consejo de sus más íntimos allegados.
Jack Parrock, euronews:
Nunca en la historia de Estados Unidos, ningún presidente y candidato ha rechazado conceder la victoria tras el escrutinio. La incógnita es ver cómo reaccionará el país si Donald Trump no lo hace.