El contenido ruso en Facebook que pudo influir en las elecciones estadounidenses de 2016 mediante noticias falsas —conocidas como fake news por su nombre en inglés— llegó a 126 millones de usuarios, según publica este lunes el diario The Washington Post. Los trolls del Kremlin publicaron unas 80.000 entradas en esta red social entre 2015 y 2017 que fueron vistas en un primer momento por 29 millones de estadounidenses. Facebook, sin embargo, calcula que entre las veces que la información fue compartida la cifra pudo haber alcanzado a un máximo de 126 millones de usuarios.
Esta cantidad es muy superior a la que en un principio se calculaba, en torno a 10 millones de norteamericanos. Esta primera estimación solo se basaba en los alrededor de 3.000 posts anunciados y pagados por la trama rusa en la compañía fundada por Mark Zuckerberg. Sin embargo, las entradas gratuitas en Facebook publicadas por el aparato del Kremlin ampliaron sobremanera el radio de difusión.
Facebook emitió el pasado 2 de octubre un comunicado explicando la situación, que se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para la compañía, tanto que ha actualizado dos veces la versión inicial de 3.000 anuncios difundidos desde 470 cuentas.
En el marco de la investigación de la trama rusa, que busca esclarecer si hubo coordinación entre el equipo electoral de Donald Trump y el Kremlin para influir en las últimas elecciones presidenciales de EE UU, Google ha reconocido este lunes por primera vez que sus plataformas también se vieron comprometidas, revelando que los trolls cargaron más de 1.000 vídeos en YouTube en 18 canales diferentes. Este martes está previsto que el asesor general de Facebook, Colin Stretch, informé a la investigación de la trama rusa de la estimación que hace su compañía, es decir, que unos 126 millones de norteamericanos fueron víctimas de las fake news.
La población estadounidense afectada por las noticias falsas representa un 40% del total, unos 310 millones de personas. La cifra ha saltado a la luz el mismo día que ha sido señalado Paul Manafort, quien fuera uno de los hombres fuertes del presidente, Donald Trump. Manafor, exdirector de campaña se entregó al FBI junto a un socio suyo, Rick Gates, para responder por una docena de delitos que incluyen la conspiración contra Estados Unidos (por ocultar sus actividades y sus ingresos) y el lavado de dinero. Los cargos no se refieren a la campaña electoral, sino que se centran en la asesoría a un político ucraniano afín a Putin. En cambio, la confesión de otro asesor de Trump, George Papadopoulos, sí abona las sospechas de connivencia: admitió contactos con una persona cercana al Kremlin que le prometía trapos sucios sobre Hillary Clinton y se declaró culpable de haber mentido al respecto.
El próximo miércoles será el día que las tecnológicas se las vean con Washington. Además de Facebook, que ese mismo día dará resultados del trimeste, Google and Twitter testificarán para dar más detalles.
Google ha dado de baja, sin concretar el tipo de contenido que les hizo tomar la medida, esas 18 cuentas conectadas con la trama. Publicaron 1.108 vídeos en YouTube que se vieron más de 309.000 veces entre Junio de 2015 y Noviembre de 2016. El buscador tan solo ha reconocido que no respetaba los términos de uso de la plataforma.