Torturar, matar y descuartizar cuerpos. Estas eran las ‘asignaturas’ que los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (ACU), y diversos grupos que las integraban, como el Clan Isaza, impartian en sus escuelas a los menores que reclutaban. 

Un fallo de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá consultado por el diario El Tiempo relata cómo miembros de ese grupo coaccionaban “a menores de edad para que ingresaran a las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (ACMM)”, que operaban en los departamentos de Caldas, Cundinamarca, Antioquia y Tolima.

Hasta ahora se conocía la existencia de este grupo paramilitar, pero el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica ‘Isaza, el clan paramilitar’ concreta cómo llevaban a víctimas aún vivas a estas “escuelas” para que los reclutas paramilitares “practicaran” con ellas y para enseñarles cómo utilizar estos cuerpos como advertencia a otros vecinos.

“¿Dónde aprendían a desmembrar? En la escuela. Sí, porque se les enseña, igual eso, pues no tiene ciencia. Yo miré mucho de eso, igual a mí me tocó ayudar (…). No, que yo cogerle la mano, y otro cortaba e iba echando al hueco”, relata uno de los paramilitares desmovilizados. “Le decían: salga, que usted me mata a ese man. Usted tenía que salir, matarlo. Y al otro (compañero le decían): “usted sale y me lo pica”, explica.Brasil elige a sólo uno de los 78 ‘Bolsonaros’ que se presentaron a las elecciones municipalesRedacción | AgenciasSólo uno de los 78 candidatos que utilizaron su nombre en la propaganda electoral ha logrado ser elegido.

Este grupo paramilitar tenía al menos cinco escuelas de ‘instrucción militar’: Águila 10, Finca La Iglesia y La Guayabera, en Puerto Triunfo, Antioquia; y La Danta y Palos Verdes, en el corregimiento La Danta, en Sonsón, Antioquia. En esta última,  desaparecieron más de cien personas. 

“Ahí puede haber entre cien y doscientos cadáveres. O sea, por encimita. ¿De la gente que mataban entrenando o de todo? De todo, eso ahí hay de todo. Palos Verdes. (…) Sí. No, desde que tengan contacto con la Fiscalía de Manizales, yo a ellos los llevé allá. Y no volvieron a llamarme, ni sé en qué pararía, no volvieron a llamar. A ellos les dio como miedo”, dice un desmovilizado de la escuela de Palos Verdes, citado por el periódioco El Tiempo.

Uno de los testimonios incluidos en el informe es el de ‘Melchor’, alias de un exparamilitar al que el más importante de los instructores le obligó a matar a la primera persona que se encontraran en la autopista. “Entonces el hombre llegó y me pasó una pistola. Y me dijo: ‘Papi, vea, dele a ese loco’. (…) Ni siquiera lo miré. No lo miré. Yo cerré los ojos [risas].  Y el hombre me dijo: ‘Dele, túmbelo’. Y yo ‘pum’. Listo”, dice en su relato.

Según las declaraciones del coordinador del equipo de investigación, Camilo Villamizar, a BBC Mundo, “estos grupos del Magdalena Medio, especialmente después de su reorganización después de 1994, eran menos sádicos que otros bloques paramilitares”.

“Pero esto solo señala la barbarie a la que llegó el conflicto. En términos comparativos yo puedo decir que estos fueron menos sádicos que otros, pero cuando leemos este tipo de relatos uno no creería que se puede ser más bárbaro que esto“, explica.

Según la investigación, además de entrenamiento para crimenes violentos, las escuelas eran lugares donde se planeaban crímenes y sitios de experimentación criminal.”En el mismo curso, ahí decían: ‘Si usted no sirve pa’ matar, sirve pa’ que lo maten’“, cuenta un desmovilizado.

El Clan Isaza comenzó a funcionar como Los Escopeteros en la década de 1970 para responder a la presencia de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Antioquia. Tras el acuerdo de desmovilización de 2006, el grupo se desmovilizó con el nombre de Autodefensas del Magdalena Medio.

Entre medias, el grupo movió toneladas de cocaína y armas y gracias al narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, ‘El Mexicano’, se financió el entrenamiento de los nuevos reclutas por parte de mercenarios israelíes y británicos. Uno de ellos era Yaír Klein, quien recientemente se salvó de ser extraditado a Colombia, y entre sus “alumnos” están algunos de los asesinos más temidos en la historia del país.