La No. 85 tiene todo lo que un hombre chino sueña, un rostro meticulosamente diseñado a partir de la cara de las más famosas celebridades y su cuerpo es ligeramente curvilíneo para deleitar a sus compradores.
Por un monto cercano a los 900 dólares se puede adquirir la muñeca sexual más vendida en China y, aunque las cifras exactas de ventas no se conocen, la fabrica que las produce en la provincia de Guangdong asegura que ocho de cada 10 compradores eligen la apariencia juvenil de la No. 85.
Nadie sabe cómo se convirtió en el sinónimo de las muñecas sexuales en China, pero todo apunta a que el éxito está en su cara.
La apariencia juvenil de las celebridades
Su rostro pequeño, que simula a una mujer de unos 18 años, según su diseñador, tiene una combinación meticulosa de diferentes características tomadas de las celebridades chinas de la vida real.
En el verano de 2016, Liu Jiangxia, el principal creador de la No. 85, se dio cuenta de que muchos hombres seguían a ciertas celebridades de Internet en sus transmisiones en vivo y le preguntaban si entre las muñecas que él tenía en ese entonces habían algunas que se parecieran a esas nacientes estrellas online.
Entonces se propuso crear el rostro de una muñeca sexual que les guste a todos los chinos: “Los ojos grandes, la barbilla afilada y la boca pequeña”, recordó Liu en entrevista con el medio independiente Gu Yu.
Durante el tiempo que duró haciendo el diseño se dio cuenta de que el prototipo de los chinos era muy diferente al que acostumbraban a hacer para los clientes extranjeros en cuanto al rostro y el cuerpo de las muñecas. Fue entonces cuando tomó la decisión de enfocar todos sus esfuerzos en el mercado local.
El cuerpo puede variar de acuerdo al cliente pero, en general, buscan una muñeca ligeramente curvilínea, lo que según sus creadores es lo que los hombres chinos encuentran más atractivo.
La extensa investigación para desarrollar este nuevo juguete sexual buscaba complacer las expectativas “poco realistas” de los hombres chinos sobre las mujeres, con una “belleza perfecta y una obediencia absoluta”, según dictan los roles de género tradicionales chinos, dijo una experta en sexualidad de las mujeres en China que fue identificada en el artículo de Gu Yu como Miki.
Por su parte, Xiao Hui, encargada de servicio al cliente de la empresa que fabrica la codiciada muñeca, sabe que a los hombres chinos les fascina esta cara. Ha pasado tres de sus 29 años en la compañía y la No. 85 es su preferida sobre las otras que producen.
Su foto de perfil en la omnipresente aplicación china WeChat es la muñeca vistiendo una pijama de seda roja con un gran escote y encaje negro en los bordes.
Extraños requerimientos
Las manos de Xiao permanecen ocupadas todo el tiempo con dos teléfonos móviles y varios documentos en los que están impresos los extraños requerimientos que hacen los clientes sobre las características del cuerpo que debe tener la muñeca. La cara siempre es la misma en la No. 85.
Cada vez que recibe un pedido online corre al taller de producción para enviar fotos y videos de las muñecas al potencial comprador. Los clientes le piden que les muestre especialmente la parte de atrás de la muñeca, el busto y la boca.
La primera vez que tuvo que tocar la No. 85 se sorprendió por la textura de la piel. “Es más suave que yo”, recuerda que dijo cuando tocó su brazo y luego el de la muñeca.
Las caras son instaladas cuidadosamente en el cuerpo de varios modelos de muñecas de acuerdo a las solicitudes de cada cliente. La gran mayoría en China quieren senos de tamaño mediano y caderas no tan prominentes.
Luego es empacada en una caja y enviada a todos los rincones de China desde la fábrica de Jinsan, ubicada en la provincia de Guangdong.
Los horarios de Xiao se acomodan a los de los clientes de la compañía, que en su mayoría hacen las compras después de la media noche, por lo que ella supone es el momento cuando “la soledad los ataca y el deseo es más fuerte”.
La ‘reina’ de Internet
Por mucho tiempo la No. 85 ha sido la más vendida de las muñecas producidas por la fábrica de Jinsan, una de las más grandes de China, y al menos un tercio de todas las muñecas sexuales que son producidas allí tienen el rostro preferido por los chinos.
En los foros de discusión en Baidu, calificado por muchos como el Google chino, se puede ver que la No. 85 acapara buena parte de las conversaciones y se comparten fotografías de cómo la visten en diversos estilos para cumplir sus propias fantasías.
Algunos incluso sacan a las muñecas a parques y centros comerciales, las visten con trajes para salir a la calle y se toman fotos con ellas.
El trabajo diario de Xiao es chatear con los compradores y resolver todas sus dudas. Esa es la razón por la que uno de sus teléfonos ya esta lleno con 5.000 amistades de WeChat, el máximo permitido por la aplicación, y en el otro ya tiene 1.000.
La encargada de servicio al cliente asegura que los requerimientos son por lo general bastante similares, pero algunos piden ciertas especificaciones como “ampliar la boca o modificar las partes funcionales”, conversaciones que pueden durar por casi dos semanas mientras los hombres clarifican sus exigencias y toman la decisión.
Entre sus miles de contactos tiene algunos trabajadores migrantes que han comprado la No. 85 a plazos durante varios meses, con una primera cuota que siempre es un tercio del valor total de la muñeca.
Muchos otros ven lejana la posibilidad de adquirir una de las muñecas debido a su costo de 6.000 yuanes, pero le piden fotos y videos.
En su teléfono Xiao ha recibido fotos de hombres desnudos y “otras perversiones” que la han llevado a bloquear a algunos de los clientes, pero le llamó la atención un hombre casado con el que habló por unos cuatro meses y cuando ya estaba decidido a hacer la compra le pidió un consejo:
“¿Podría resolver una duda que tengo?”.
“¿Cuál es su duda?”, respondió ella.
“Mi esposa le pidió al sacerdote taoísta que me diera un consejo y el maestro me dijo que no podía usar esa cosa”, dijo el potencial cliente.
Xiao se quedó sin palabras porque sabía que él estaba muy entusiasmado por comprar la No. 85. Al final le dijo: “Si tu esposa le da 200 yuanes al taoísta por sus servicios, él dirá lo que tu esposa quiera que diga”. Sin embargo, el hombre aún no ha hecho ninguna compra.