La llamada Marcha de las Mujeres salió este sábado por tercera vez a las calles en cientos de ciudades de Estados Unidos con mucho que celebrar, pero con una asistencia debilitada y mostrando divisiones ideológicas. El movimiento que empezó en las redes sociales y se hizo real en las calles con la llegada de Donald Trump al poder cumple años al mismo tiempo que su Presidencia. Ciudades como Washington, Nueva York y Los Ángeles no vieron la misma asistencia que en ocasiones anteriores. Sin embargo, las recientes elecciones legislativas, que han llevado a un número récord de mujeres al centro del poder en Washington, han servido como prueba de que el movimiento, independientemente de sus problemas, representa corrientes profundas de este país que ya no se pueden parar.
En Washington, la Plaza de la Libertad estaba abarrotada de gente sobre las 10 de la mañana locales. El permiso oficial para la manifestación esperaba alrededor de 10.000 personas. El cierre parcial del Gobierno, que lleva 28 días, obligó a cambiar la ruta de la manifestación, que no pudo llegar hasta el Capitolio y se tuvo que conformar con dar vueltas a la redonda. El cierre estuvo especialmente presente entre los carteles que levantaban los sindicalistas.