TIANJÍN, China — En un puerto de Alemania, 150 pianos Steinway están a la espera de ser enviados a esta ciudad portuaria para la gran apertura del segundo campus de la Escuela Juilliard.
El aire en Tianjín es tan seco que los pianos requerirán habitaciones con control de temperatura, lo cual casi duplicará el costo del campus de vanguardia a 225 millones de dólares.
El dinero adicional no proviene de Juilliard. El gobierno local está pagando la cuenta. Además, sería un problema para los funcionarios que están batallando con la deuda después de una épica racha de compras para desarrollar desde cero un nuevo centro comercial.
Bienvenido al distrito financiero de Yujiapu, que se promociona como la Manhattan de China, pero que quizá termine siendo un monumento dedicado a la descomposición del modelo de crecimiento chino. Cuatro quintas partes de los espacios en las oficinas están vacías. La construcción en otros edificios se ha detenido; lucen como esqueletos que se elevan hacia el cielo. Un gran centro comercial tiene pocos compradores; adentro, una tienda de mascotas no tiene ningún animal.
Todavía no aparecen los negocios y los residentes que esperaban atraer los funcionarios locales. Juilliard, la cual se espera que atraiga a estudiantes y sus familias, abrirá sus puertas el próximo otoño, la única institución de Occidente que decidió arriesgarse en este distrito.
Zhang Zhiyi trabaja como reclutador para una empresa de educación en línea ubicada en un edificio de oficinas cercano. El panorama solitario se ha traducido en un buen negocio para los inquilinos comerciales: los nuevos arrendatarios obtienen todo un año de renta gratis. Abundan las ofertas, comentó el hombre de 28 años: “Los otros edificios en realidad tampoco están llenos”.
Los gobiernos locales chinos están nadando en deudas que suman, según los registros oficiales, 4,5 billones de dólares. De acuerdo con los cálculos no oficiales, esa cifra podría ser de hasta de 10 billones de dólares. Nadie sabe la razón por la que casi no se divulgan muchos de los préstamos para proyectos como el campus de Juilliard en Tianjín.
Desde hace tiempo, China ha pedido prestadas grandes sumas para construir y después ha contado con el crecimiento económico vertiginoso para pagar su deuda. El guion: vender inmensas cantidades de terrenos a desarrolladores, pedir prestado para subsidiar la construcción; esto dará como resultado trabajos y nuevas ciudades. Este fue un modelo que sirvió para que China construyera rascacielos y vías para trenes de alta velocidad, que dio lugar a una era de prosperidad.
Sin embargo, China no está creciendo tan rápido como solía hacerlo y no queda claro si el modelo de “construye y vendrán” salvará a Yujiapu y otros lugares con grandes deudas. El gobierno nacional debe encontrar otros mecanismos para estimular el crecimiento sin empeorar el problema de la deuda.
“La economía de China ha dependido de la construcción para el futuro, pero hay señales considerables de que han construido de más”, comentó Logan Wright, director de Investigación en China de la consultoría Rhodium Group y quien agregó que la deuda y el exceso de capacidad podían contener el crecimiento.
“Esto quiere decir que probablemente habrá un crecimiento económico mucho más lento en la siguiente década en comparación con el desempeño reciente de China”, opinó.
Funcionarios del gobierno de Tianjín no respondieron a una solicitud para realizar comentarios.
Tianjín, una ciudad costera a tan solo un viaje corto en tren desde Pekín, tenía una de las tasas de crecimiento más altas de China. Su éxito llegó a los titulares de los periódicos y los funcionarios locales dieron el crédito al “espíritu, la velocidad y los beneficios de Tianjín”.
Después, la economía se desaceleró y los funcionarios locales de la Nueva Área de Binhai, una zona económica especial de Tianjín que incluye a Yujiapu, admitieron que sobreestimaron el crecimiento. Recortaron de tajo 50.000 millones de dólares de su cifra original para 2016, así que la derrama económica quedó en 100.000 millones de dólares. Ahora Tianjín es una de las regiones de más lento crecimiento en China y una de las que tiene más problemas financieros.
Según la medida más general de préstamo en China, llamada financiamiento social total, el gobierno, las corporaciones y las familias de Tianjín deben más de 760.000 millones de dólares, de acuerdo con un estimado de Rhodium Group. El interés anual que deben todos los prestatarios de Tianjín es doce veces mayor a su crecimiento económico nominal anual, afirmó Rhodium Group, tras citar las cifras más recientes.
Por ahora, Tianjín puede pedir prestado para proyectos como el campus de Juilliard porque tiene un mecenas poderoso en Pekín, señaló Victor Shih, profesor asociado de la Universidad de California, campus San Diego, y experto en la economía china. Ese funcionario, He Lifeng, alguna vez fue el funcionario número dos del Partido Comunista en Tianjín. Ahora está a cargo de la agencia central del gobierno que aprueba los proyectos de desarrollo más importantes, lo que significa que puede autorizar a los bancos para que le presten más dinero a Tianjín.
“Si la voluntad política colapsa en el área de Binhai, entonces los préstamos bancarios comenzarán a agotarse y toda la zona estará en problemas”, advirtió Shih.
Funcionarios de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, la agencia en la que trabaja He, no respondieron a una solicitud para hacer comentarios.
A pesar de los edificios vacíos, el gobierno local sigue pidiendo prestado. El año pasado, Tianjín y entidades relacionadas con el gobierno local recaudaron 36.000 millones de dólares mediante nuevos préstamos, de acuerdo con datos del Banco Popular de China, el banco central del país.
Muchos residentes creen que los problemas de Yujiapu han sido exagerados e intentan representar su bancarrota de una manera positiva. Zhang, quien trabaja para el reclutador en línea, señaló que las empresas tecnológicas que buscan alternativas para lugares costosos como Pekín o la ciudad sureña de Shenzhen podrían interesarse en Tianjín. “Ahora hay bastantes empresas de internet, entre ellas algunas plataformas de comercio electrónico”, mencionó, especulando que estas empresas podrían mudarse a su edificio en el futuro.
Michael Hart, un consultor de bienes raíces en Tianjín, comentó que un repunte del crecimiento podría salvar a la ciudad de sus problemas.
“Es como si vas a una obra de teatro con cinco actos y, cuando estás a la mitad del primer acto, ya aseguras que es una obra mala”, opinó Hart.