México ha confirmado su trasformación en el muro de Donald Trump. Las detenciones en la frontera sur de Estados Unidos se han desplomado un 56% en los últimos cuatro meses, al pasar de 144.266 aprehensiones en mayo a 63.989 en agosto, según cifras de la Oficina estadounidense de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Los números han sido presentados este viernes por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y dan cuenta del endurecimiento de la política migratoria del país tras la amenaza de Trump en mayo pasado de imponer aranceles si la Administración de Andrés Manuel López Obrador no demostraba esfuerzos tangibles por frenar las oleadas migratorias desde Centroamérica.
Los datos son también la carta principal del Gobierno mexicano para encarar una nueva reunión en Washington el próximo lunes sobre la gestión binacional del fenómeno migratorio y evitar una vez más posibles presiones comerciales desde la Casa Blanca.
“Se redujo un flujo migratorio muy grande y complejo, que ponía en tensión nuestras normas legales y nuestra propia política migratoria”, ha señalado Ebrard, que se ha referido al resultado como un logro. Las cifras de detenciones de 2019 son también un termómetro de la relación entre ambos países