El juicio por narcotráfico contra Juan Antonio Hernández, alias Tony, arrancó en el tribunal federal del distrito sur en Manhattan con un bombazo. El fiscal neoyorquino Jason Richman afirmó ante los miembros del jurado que el acusado recibió un millón de dólares de la mano de Joaquín El Chapo Guzmán para que se lo entregara a su hermano, el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández.
Richman hizo esta revelación en los argumentos iniciales. El fiscal explicó a los 18 miembros del jurado que el acusado era el “protegido” del mandatario hondureño. También afirmó que el presidente Hernández recibió “millones de dólares” en sobornos de varios narcotraficantes. En el juicio contra El Chapo ya se expuso como el cartel pagaba a políticos para operar.
El dinero, según la acusación, habría ido destinado a financiar la campaña presidencial de 2013. El soborno buscaba de esta manera garantizar la protección del cartel y que se eliminara una ley en Honduras que permitía la extradición de narcotraficantes a EE UU y que sigue vigente en la actualidad. El presidente de Honduras estuvo hace justo una semana en Nueva York, donde se dirigió a la Asamblea general de Naciones Unidas.
Fuera de la corte, en una plaza cercana, se concentraron varios hondureños pidiendo que se condene al exdiputado. Tony es el hermano pequeño del mandatario. En los cargos presentados por la Fiscalía estadounidense se les acusa de formar parte de una trama criminal que a través del narcotráfico les permitió ejercer poder y control en el país. El acusado, de 41 años, se declaró no culpable de los cargos.
Los abogados de Hernández temen que la defensa de su cliente se vea perjudicada por la tensión entre Honduras y EE UU. Si el jurado le declara culpable, podría ser condenado a pasar el resto de su vida en prisión. El Departamento de Estado estima que el 80% de la droga que viaja desde Suramérica pasa en algún momento por territorio hondureño. “Creía que podía operar con total impunidad”, aseguró la Fiscalía al presentar los cargos.