La factura petrolera del país se redujo un 47.1 % los primeros siete meses del año, con relación a igual período de 2019, una caída que se profundizó entre abril y julio, período donde los efectos de la pandemia de COVID sobre la economía se recrudecieron.

Entre enero y julio de 2020, el país registró importaciones petroleras por US$1,213.7 millones, cifra inferior a los US$2,295.8 millones de la misma fecha del año anterior, representando una reducción neta de US$1,082.1 millones.

Según la Dirección General de Aduanas (DGA), durante el citado período las importaciones de hidrocarburos del régimen despacho a consumo se redujeron un 51.7 %, hasta los US$1,019.7 millones, una caída neta de US$1,095.1 millones con relación a los US$2,114.9 millones registrados de enero a julio de 2019.

El despacho a consumo de las importaciones de gas licuado de petróleo cayó un 66.9 %, reduciéndose desde US$188.2 millones a US$62.1 millones, equivalente a un desplome neto de US$126 millones, siendo el hidrocarburo más afectado.


Las de gasoil sufrieron una reducción neta de US$219.2 millones, representando una caída de un 51.2 % con relación a enero-julio de 2019, importándose durante ese período de este año US$208.9 millones.

Asimismo, las importaciones de gasolina cayeron un 42.7 %, equivalente a US$163.4 millones, al reducirse desde US$382.1 millones registrado en enero-julio de 2019 a US$218.6 millones en igual período de este año.

Entre enero y julio de 2020 ingresaron al país 29.1 millones de barriles de hidrocarburos, presentando un descenso general de un 23.3 % con respecto a igual fecha del año pasado, de acuerdo a las estadísticas de la DGA.

Para el referido período, el 62.5 % de las importaciones de derivados del petróleo provino de Estados Unidos, el 11.6 % de Trinidad y Tobago, el 10.9 % de los Países Bajos y el restante 15 % de otros países.