Un nuevo estudio estableció un nexo entre la remoción del apéndice y la reducción del riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson.
La investigación reveló que aquellos que se removieron el apéndice tienen cerca del 20 por ciento menos de probabilidades de desarrollar Parkinson, basado en el análisis en profundidad de datos recolectados de más de 1.6 millones de personas en Suecia, algunas de las cuales fueron seguidas de cerca por más de 50 años.
Publicado en la revista científica Science Transnational Medicine, el reporte mostró que aquellos que se sometieron a la operación – más de medio millón de las personas estudiadas – desarrollaron Parkinson a un ratio de 1.17 casos cada 1.000 personas, mientras que aquellos que no lo hicieron desarrollaron la enfermedad neurodegenerativa a un ratio de 1.4 casos cada 1.000 personas.
Viviane Labrie, autora senior del estudio y profesora asistente del Instituto de Investigación Van Andel de Michigan, dijo que, para ciertas personas, el Parkinson comienza en su apéndice.
“La enfermedad de Parkinson es un desorden multisistémico” dijo Labrie en diálogo con la cadena CNN. “Por lo que es posible que existan muchos sitios de origen en lo que respecta a dónde la enfermedad comienza, el tracto gastrointestinal es uno de ellos. Para otras personas puede comenzar en el cerebro” explicó.
La apendectomía también demostró ser efectiva para retrasar el Parkinson, dado que entre los sujetos de estudio que se removieron el apéndice y luego desarrollaron la enfermedad, los síntomas aparecieron, en promedio, 3.6 años más tarde que en aquellos que todavía lo conservaban.
Eso sí, los expertos alertaron que las personas no deberían removerse el apéndice con la finalidad de prevenir el Parkinson. “Nadie debería someterse a apendectomías preventivas bajo la lógica de que por tener su apéndice van a desarrollar Parkinson” concluyó Labrie, en conversación con LiveScience.