Montevideo y Buenos Aires se levantan en orillas opuestas del caudaloso Río de la Plata. La primera ha crecido orientada al río, la segunda le da la espalda. Desde hace casi medio siglo, cuando la capital argentina prohibió el baño en sus aguas por la contaminación, la ciudad ha arrojado miles de toneladas de escombros al río como relleno y su cauce ha quedado cada vez más lejos de sus habitantes. Es difícil llegar hasta su margen sin automóvil, pero bordearlo cuesta aún más: hay tramos cerrados desde que estalló la pandemia de covid-19; otros enrejados que sólo se abren de día y siempre que no llueva; el puerto; algunos concesionados a privados y también los que están tan degradados que pocos se aventuran. El Gobierno local se dispone a vender terrenos ribereños para la construcción de un nuevo barrio, pero la iniciativa despierta un gran rechazo social, a juzgar por la audiencia pública que finalizó el pasado jueves. Quienes se oponen reclaman que las 32 hectáreas en disputa se destinen a un gran parque público de libre y fácil acceso.
“Un parque sin servicios y vida nocturna no es lo óptimo para la ciudad y menos para ese lugar alejado de los servicios. Se usaría sólo en breves periodos durante el día”, responden desde el Ministerio de Desarrollo urbano al defender el proyecto que busca modificar la fisonomía de los terrenos de Costa Salguero y Punta Carrasco, cerca del aeropuerto metropolitano Jorge Newbery. Ambos sitios hoy albergan locales, un centro de convenciones donde se hacen tests de covid-19, un estacionamiento al aire libre, un campo de práctica de golf y vastos terrenos baldíos. Las concesiones de ambos predios han vencido y el alcalde, Horacio Rodríguez Larreta, no las renovará. En su lugar, propone cambiar las normas urbanísticas para habilitar la construcción de edificios de hasta 29 metros de altura, que ocuparían el 26% de la superficie, según el concurso arquitectónico ganador.
“Hay una necesidad evidente de incrementar los espacios verdes en la ciudad de Buenos Aires. La pandemia y la crisis climática lo pusieron en evidencia y esta es una gran oportunidad que tenemos de construir un gran parque frente al río. No podemos desperdiciarla para hacer un negocio inmobiliario”, sostiene Bárbara Rossen, del Colectivo de arquitectas en defensa de las tierras públicas. La ciudad de Buenos Aires tiene 6 metros cuadrados de espacio verde por habitante, lejos de los 10 metros cuadrados recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Su superficie verde per cápita es la mitad que la de Montevideo y también inferior a los 10,4 metros cuadrados por habitante de la ciudad argentina de Rosario, destacada también por la integración del río Paraná a su trama urbana.
Audiencia con récord de participación
Una encuesta publicada semanas atrás refleja que seis de cada diez porteños se opone a la venta de las tierras de Costa Salguero. El resultado de la audiencia pública que concluyó la semana pasada fue aún más contundente: más del 97% de los 2.057 oradores expuso en contra del proyecto oficial. “El Gobierno del Pro (partido que gobierna Buenos Aires desde 2007, liderado por el expresidente Mauricio Macri) ya se ha desprendido de más de 470 hectáreas de tierras públicas. Esta vez fue la gota que rebalsó el vaso, porque es la costa del río. Tiene que ver con nuestra identidad: somos una ciudad ribereña que no tiene acceso al río”, subraya Rossen, una de las oradoras que se opuso a la rezonificación. La audiencia pública, realizada de forma virtual, batió el récord de participación. “Los legisladores plantearon que iban a escuchar a la opinión ciudadana”, advierte esta arquitecta.
El Gobierno municipal niega que la oposición sea tan grande e insinúa que el proceso estuvo manipulado. “Hay un tinte político detrás de los inscriptos en la audiencia pública y esto se puede ver en el contenido de los discursos casi calcados”, responden desde la secretaría de Desarrollo urbano. Cuentan con los votos para una sanción definitiva del proyecto.
La iniciativa forma parte de un proyecto mayor, conocido como Distrito joven, con el que desde 2018 las autoridades porteñas buscan revitalizar la costanera norte mediante la combinación de parques públicos, locales de ocio y oficinas. Engloba cerca de ocho kilómetros de franja costera frente al Río de la Plata.
“El Distrito joven tiene una visión de lo joven consumista, con lugares de gastronomía y no de esparcimiento, y un acceso difícil, hecho para el automóvil. Son medidas a contramano de lo que se está haciendo en el mundo, con un relleno para hacer un estacionamiento frente al aeroparque, por ejemplo”, denuncia el arquitecto Andrés Borthagaray. Borthagaray critica también la construcción de otro barrio de lujo, un nuevo Puerto Madero, en una ciudad con un importante déficit de vivienda y marcada por una gran desigualdad según la zona en la que vivas.
Los detractores batallan también contra el proyecto por la vía judicial. La venta de tierras públicas de Costa Salguero está frenada temporalmente por una medida cautelar. En su fallo, los jueces recordaron que el predio “forma parte del dominio del Estado y constituye parte de la ribera del Río de la Plata, que ha sido objeto de particular tutela tanto en el orden constitucional, como en el de las normas que mayor importancia tienen en la planificación urbanística y que constituyen el eje de las políticas de desarrollo de la Ciudad, como son el Plan Urbano Ambiental y el Código Urbanístico”. De la decisión final dependerá cómo cambia la fisonomía de la ciudad.