La captura de Rosalinda González Valencia, esposa del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera, alias ‘el Mencho’, es el último capítulo de la guerra librada entre el Gobierno mexicano y la organización criminal.
Una detención que encendió señales de alerta luego de que González Valencia fuera señalada como la encargada de todas las operaciones financieras del cártel más poderoso de México.
“Esta mujer es probable administradora de los recursos económicos del grupo delictivo, por lo que era buscada en cumplimiento a un mandato judicial, por los delitos de delincuencia organizada con la finalidad de cometer operaciones con recursos de procedencia ilícita”, dijo el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida.
La detención se realizó sin disparos, el sábado pasado, cuando integrantes de la Marina detuvieron a la presunta integrante de la organización criminal, conocida como ‘La Jefa’, apenas unos días después de la balacera ocurrida en el centro de Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México, cuando un comando de sicarios intentó asesinar a un exfiscal del estado de Jalisco.
Tras la detención, las autoridades mexicanas activaron un “código rojo” ante la posibilidad de una reacción violenta del cártel.
Un hecho llamativo en torno a la captura, fue la tranquilidad con la que González Valencia reaccionó durante su arresto, según se muestra en un video.
Rosalinda González Valencia, integrante de la familia de narcotraficantes conocida como ‘los Cuinis‘ (uno de los grupos más poderosos al interior del Cártel Jalisco Nueva Generación), se encargó junto con sus cuñadas de manejar los negocios y administrar los bienes de la organización delictiva, según información del Gobierno de EE.UU.
Pese a que las autoridades ya tenían identificadas a este grupo de ‘Narcoempresarias’, ninguna de ellas había sido detenida, hasta ahora, toda vez que en el pasado solo se les habían asegurado algunos inmuebles, de acuerdo con información del semanario Zeta de Tijuana, un medio especializado en temas de narcotráfico.
Las mujeres encargadas de lavar el dinero del cártel de la droga, operaban empresas inmobiliarias, turísticas y restaurantes en el occidente de México.
El Cártel Jalisco Nueva Generación tiene presencia en 22 de los 32 estados del país, además de contar con centros de operaciones en Las Vegas, Los Ángeles, San Diego, Tijuana y Chicago.