La inquietud aumenta en Alemania, Corea del Sur y China ante un posible repunte de los contagios de coronavirus mientras se trata de aliviar las restricciones. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los tres países están demostrando al mundo que, incluso con respuestas “positivas” a la pandemia, “liberar los confinamientos es complejo y difícil”, por lo que hay que permanecer vigilantes.
“Durante el fin de semana hemos visto señales de los desafíos que pueden surgir” a la hora de suavizar las medidas, ha asegurado este lunes el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha añadido que, “afortunadamente”, los tres países cuentan con “sistemas para detectar y responder a un resurgimiento en los casos”. Estos signos son el cierre de bares y clubes en Seúl tras confirmar un contagio ligado a estos locales, el primer grupo de casos en la ciudad china de Wuhan desde que se levantó su confinamiento y el incremento de la tasa que mide el número de contagios por paciente en Alemania en plena desescalada.
La tasa de reproducción en Alemania repunta
Durante días, Alemania había conseguido mantener el número estimado de personas a las que contagia de media un paciente por debajo de 1. Se trata de uno de los datos clave en los que fijarse para saber si el brote de coronavirus remite y ha sido uno de los principales indicadores enarbolados por el Gobierno de Angela Merkel para anunciar sus logros en el control de la epidemia, así como uno de los argumentos más repetidos para la reapertura. Pero, según las últimas cifras proporcionadas por las autoridades sanitarias, la llamada tasa R0 ha vuelto a subir por encima de uno por segundo día consecutivo, lo que ha alimentado la preocupación por un posible repunte de los casos en un momento en el que el país avanza en su desconfinamiento .
Según el informe publicado este domingo por el Instituto Robert Koch alemán, la tasa R0 se encuentra actualmente en 1,13. Se trata de un dato que hay que interpretar con todas las cautelas, pues es una estimación que no refleja la situación actual, ya que no tiene en cuenta las cifras de los últimos tres días y puede variar. El propio instituto ha pedido precaución a la hora de sacar conclusiones: “Debido a las oscilaciones estadísticas, incrementadas por las cifras en general bajas, todavía no se puede evaluar si la tendencia a la baja observada durante la última semana en cuanto a nuevas infecciones continuará o si se va a dar un nuevo aumento de casos”.
No obstante, la agencia federal que lidera la vigilancia del brote cree que es imprescindible observar “con mucho detenimiento” la evolución en los próximos días. Alemania lleva relajando gradualmente las medidas de confinamiento –que no ha sido tan estricto como en otros países como España o Italia– desde el 20 de abril, cuando las tiendas más pequeñas pudieron levantar las persianas. En una entrevista con The Guardian publicada hace dos semanas, Christian Drosten, el experto de cabecera de Merkel habló de “la paradoja de la prevención” en una sociedad que necesita volver a la normalidad pero puede sufrir otra crisis si lo hace demasiado rápido y manifestó su preocupación por el aumento de la tasa de reproducción y una posible segunda ola de infecciones.
Este lunes, un portavoz del ministerio de Sanidad alemán ha dicho que el aumento de la tasa no que la situación esté fuera de control. “[El número] R es una entre varias cifras para evaluar la pandemia. Nos tomamos en serio que R haya vuelto a subir, pero no se puede concluir que estemos otra vez ante una situación descontrolada”, ha asegurado. Los datos fueron publicados solo 24 horas antes de que Alemania diera un paso más en su desescalada. Desde este lunes, se han levantado todas las restricciones a los comercios, aunque se debe mantener la distancia física. Las escuelas también se están reabriendo parcialmente.
Merkel ha pedido este lunes a los ciudadanos a seguir cumpliendo las “reglas básicas” necesarias para evitar la expansión del coronavirus, según informa EFE. “Quiero hacer hincapié, una vez más, en que entramos en una nueva fase de la pandemia y en que ahora va a ser necesario que, con todas las medidas de desescalada, tengamos la certeza de que la gente sigue las reglas básicas, es decir guardar distancia, llevar mascarilla, cubrirse la boca y la nariz, tener consideración para con los demás”, ha afirmado la canciller. La petición se produce después de un fin de semana en el que miles de manifestantes salieron a las calles en todo el país en contra de las medidas de distanciamiento, incumpliendo en muchas ocasiones las reglas.
El pasado miércoles, Merkel –en un intento por elaborar una estrategia común y en lo que muchos han leído como una cesión ante la impaciencia de determinados líderes por reactivar la actividad– acordó con los estados federados aliviar las restricciones y prorrogar la norma general del distanciamiento social. La tasa R0 se situaba entonces en 0,65. La canciller, anunció un mecanismo mediante el cual las autoridades regionales y municipales deben tomar medidas si los nuevos contagios por cada de 100.000 habitantes se sitúan por encima de 50.
Nuevos casos en Wuhan hacen sonar las alarmas
Mientras, en China, la inquietud aumenta después del registro de nuevos casos en Shulan, cerca de la frontera rusa, y en Wuhan, la ciudad donde se detectó por primera vez el SARS-CoV-2 a finales del año pasado. Esta última ciudad, que ha ido levantando sus estrictas medidas de cuarentena desde el 8 de abril, no contabilizaba nuevos contagios desde hace más de un mes. Tras contener el brote con aparente éxito, China ha continuado registrando casos de COVID-19, aunque las cifras difundidas, de momento, son bajas en comparación con las miles de personas que se contagiaban a diario el pasado febrero.
Según las autoridades sanitarias, este domingo se detectaron cinco nuevos casos en Wuhan, lo que supone el mayor número de nuevas infecciones desde el 11 de marzo. Ninguno se ha importado del extranjero, todos son contagios locales. “Debemos contener decididamente el riesgo de un repunte”, han afirmado en un comunicado recogido por Reuters las autoridades sanitarias de Wuhan. En las redes sociales chinas, estos nuevos casos han despertado preocupación. “Todavía tenemos que tomar medidas de protección, cinco casos son realmente terribles”, ha escrito un usuario en Weibo, según recoge The Guardian. ” Me relajé un poco y ahora comienza de nuevo, y estoy empezando a entrar en pánico otra vez. Vamos, Wuhan”, sostiene otro.
Por otro lado está l a ciudad de Shulan, cerca de la frontera con Rusia, que aumentó este domingo su nivel de respuesta de emergencia al nivel alto después de confirmar una decena de casos, y ha puesto bajo observación médica a contactos cercanos con los contagiados confirmados. E l alcalde ha dicho que la ciudad está en “guerra” contra el virus y que el gobierno local tomará las medidas más estrictas para controlar la propagación, entre ellas el cierre de todos los lugares públicos, incluidos las instalaciones deportivas, cines y bibliotecas, según la cadena estatal CGTN. Todos los residentes deben quedarse en casa salvo circunstancias “inusuales”, de acuerdo con el mismo medio.
Corea del Sur, a contrarreloj para evitar un rebrote
En Corea del Sur, un país elogiado mundialmente por su respuesta al primer brote coronavirus, las autoridades continúan intentando seguir el rastro a toda velocidad a las miles de personas que se han podido contagiar en el nuevo foco de infección detectado en una zona de bares y discotecas de la capital, Seúl.
El país asiático ha registrado este lunes 35 nuevos contagios, los números más altos en un mes, y 29 de los cuales corresponden a este nuevo foco. Las autoridades han evaluado a más de 2.000 personas que acudieron a los locales nocturnos que se considera que han actuado como vector de este contagio, e intentan rastrear a unas 3.000 más, aunque con dificultades, ya que algunos establecimientos están ligados a la comunidad LGTBI, que sufre una fuerte discriminación en el país. La ciudad ha cerrado temporalmente todas las instalaciones de entretenimiento nocturno.
El primer ministro, Chung Sye-kyun, ha recalcado la importancia de probar al mayor número de personas y con la mayor rapidez posible para controlar el virus, si se quiere evitar un fuerte repunte de casos. Los nuevos contagios se han detectado justo cuando Corea del Sur ha aliviado algunas restricciones de distanciamiento y estaba tratando de reabrir por completo las escuelas y las empresas en una campaña que se ha denominado “distanciamiento en la vida cotidiana”.
Por su parte, el presidente Moon Jae-in ha advertido este fin de semana sobre una posible segunda ola de la epidemia a finales de este año, y considera que el grupo de casos recientes pone de relieve los riesgos de que el virus pueda propagarse ampliamente en cualquier momento.
“No se acaba hasta que se acaba”, dijo el presidente en un discurso retransmitido por televisión. “Mientras mantenemos una mayor vigilancia hasta el final, nunca debemos bajar la guardia en lo que respecta a la prevención de epidemias. Estamos en una guerra duradera. Pido a todos que cumplan con las precauciones y reglas de seguridad hasta que la situación termine, incluso después de reanudar la vida cotidiana”.