El reconocido economista y politólogo francés Guy Sorman se pone al teléfono desde Nueva York, donde reside, según cuenta, la mitad del año, alternando con los meses que pasa en París.
Sorman no solo está preocupado por lo que sucede con el coronavirus, sino también francamente molesto. Responsabiliza directamente al gobierno chino de la expansión de esta pandemia por el mundo; se manifiesta alarmado por la lenta y pobre reacción que han mostrado las democracias occidentales para enfrentarla, y prevé un rebrote del virus para noviembre. Por ahora, está aprovechando este encierro para terminar su nuevo libro, Diccionario de estupideces ; en él, señala, “trato de listar todas las ideas que considero equivocadas y contradecirlas”.
-¿Por qué sostiene usted que el régimen chino es el responsable de la expansión del coronavirus por el mundo?
Considero que son responsables, ya que a mediados de diciembre del año pasado los médicos en Wuhan informaron al gobierno sobre un nuevo coronavirus que estaba causando muertes en hospitales, similar a lo que había ocurrido con la neumonía SARS que surgió en 2003. Como sabemos, al gobierno de China no le gustan las malas noticias, y durante un mes decidieron decir que no era cierto, mientras se castigaba de forma severa a los doctores y se les prohibía decir la verdad. Esto continuó por un mes y, como consecuencia, el virus que apareció en Wuhan ya se había esparcido a toda la provincia de Hubei, y luego al resto de China y el mundo. Ese mes fue absolutamente vital y, de no haber sido por ese retraso, la enfermedad podría haber sido contenida en Wuhan. Esto no se hizo por motivos políticos, por lo que creo que es ético y legal considerar al gobierno chino responsable directo de esta pandemia.
-¿Hubo mal manejo, negligencia o se actuó derechamente de manera dolosa?
No es un tema de mal manejo o malicia, sino algo que tiene que ver con la estructura e ideología del régimen. Es un gobierno muy centralizado, como sabemos. Todo pasa por el presidente, y a él no le gustan las malas noticias, por lo que todos los burócratas están entrenados para promover exclusivamente el éxito chino.
-¿El coronavirus será el inicio de una verdadera guerra entre China y el resto del mundo, de la cual la guerra comercial fue tan solo el preámbulo?
No. En este momento nadie quiere entrar en una guerra. Sabemos que la gente en China está furiosa con el presidente y el Partido Comunista, ya que Xi Jinping es considerado uno de los responsables principales de la proliferación de la pandemia dentro de su país. De cierta forma, esto significa que habrá consecuencias políticas en China, y no podemos descartar cambios al más alto nivel. Es difícil, pero ha sucedido antes en regímenes comunistas que el líder es reemplazado por el Comité Central.
-¿Cree que la situación actual puede tener algún efecto sobre la elección en Estados Unidos?
-En este momento es un desastre para Donald Trump, ya que basó su popularidad en la mejora y el éxito de la economía. Me sorprende que no demuestre nada de empatía hacia la gente. No dijo una palabra, no dijo que estaba triste por la gente que está enferma o muriendo, no ofreció palabras de apoyo para los trabajadores de la salud. Solo habló sobre la bolsa y la necesidad de reactivar la economía lo antes posible. La forma en que actuó ha sido desastrosa para su imagen, no se ha comportado como un líder. Nadie lo está escuchando.
-¿Cómo piensa que será el mundo después de esta enfermedad? ¿Quiénes serán los grandes ganadores y quiénes, los perdedores?
-El gran perdedor con esta pandemia va a ser China. Además de todo lo que he señalado, es muy extraño que todas las pandemias comiencen en China, como la neumonía SARS en 2003. Esto deja en evidencia que hay un problema con el mercado de alimentos y la cadena de suministros en China. Es un mercado totalmente desregulado en términos de higiene. No es un accidente que el virus se haya originado allí. Ahora, respecto de los países democráticos, diría que no ha habido ninguno que se haya desempeñado mejor que el resto. El gran problema de las democracias hoy es que hay tantas elecciones que los líderes políticos se enfocan en el corto plazo.
-¿Viviremos más situaciones como esta en los próximos años?
-Viviremos una en noviembre. La estrategia que se está implementando en este momento es tratar de detener la epidemia lo antes posible. El gran miedo que existe es sobre la segunda ola, como sucedió con la gripe española en 1918. Esta segunda ola podría ocurrir en noviembre, y lo que debemos hacer antes de esa fecha es tomarle exámenes a toda la población para determinar quiénes ya están inmunizados contra el virus y quiénes aún están en riesgo. Esto debe hacerse a menos que se desarrolle una vacuna de aquí a noviembre, pero es muy improbable.
-¿Y a largo plazo?
-También a largo plazo se debe esperar una aceleración de la aparición de pandemias, cada vez habrá más.