Juan Guaidó trata de recuperar la iniciativa en Venezuela con un envite a los engranajes más engrasados del chavismo. La carta que descubrió este martes, después de su regreso al país, es la movilización de los trabajadores públicos. El presidente de la Asamblea Nacional, reconocido como mandatario interino por más de 50 Gobiernos, convocó un paro de la Administración, al que no puso fecha, tras reunirse con representantes de 16 organizaciones sindicales y anunció una ley de garantías para proteger a los empleados de las represalias del régimen. El sector público, tradicionalmente fiel al Ejecutivo de Hugo Chávez y ahora a Nicolás Maduro pese a las precarias condiciones laborales, tiene importantes grietas, según el político venezolano. Ahora se trata de agrandarlas para buscar una fractura en la maquinaria del Estado.

“Hoy la burocracia está siendo secuestrada por la dictadura”, afirmó Guaidó, que esta semana pretende reavivar la presión contra el oficialismo con una agenda renovada y nuevas manifestaciones previstas para el sábado. “Vamos hacia un paro escalonado en la Administración pública, definitivamente”, continuó. El dirigente asume que la apuesta es elevada y da por hecho que “vienen momentos complejos, días duros” por el hostigamiento de las autoridades. “Sabemos que van a empezar las amenazas, la persecución, pero hoy depende también de usted. El momento es ahora. El momento llegó”, insistió.