AFP

PORTLAND. La policía lanzó en la madrugada del sábado gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes en la ciudad estadounidense de Portland, durante las últimas protestas contra el racismo y la brutalidad policial.

Portland, en el estado de Oregón, es desde hace dos meses escenario de protestas, primero -y al igual que en varias ciudades del país- contra el racismo tras la muerte en Minneapolis del afroestadounidense George Floyd a manos de un policía blanco y luego por el polémico despliegue de agentes federales ordenado por el presidente Donald Trump para su represión.

La policía local, apoyada por agentes federales, logró finalmente dispersar a la multitud con gases. Las manifestaciones se intensificaron en julio cuando los agentes federales llegaron a Portland.

En numerosos vídeos publicados en las redes sociales, estos agentes, vestidos con uniformes paramilitares y sin distintivos de identificación visibles, aparecen usando vehículos sin matrícula para detener a los manifestantes, encendiendo aún más las protestas.

El Departamento de Justicia abrió el jueves una investigación oficial sobre la muy controvertida acción de los agentes federales. Trump, en campaña en pos de su reelección en noviembre, dijo que el despliege de los agentes federales buscaba “restaurar el orden”.

INCIDENTES EN LOUISVILLE

El sábado, tres personas resultaron con heridas leves de armas de fuego al margen de una manifestación antirracismo en Louisville, en el estado de Kentucky, según informaron medios estadounidenses.

La policía dijo que se trató de circunstancias “accidentales”.

En esta ciudad, militantes afroestadounidenses del grupo NFAC, fuertemente armados, protestaron por la muerte de Breonna Taylor, una mujer negra ultimada por la policía en su apartamento en marzo. La policía había sido desplegada para evitar enfrentamientos con opositores a los manifestantes -blancos de un grupo ultraconservador-, que también estaban armados.

Más allá de las tensiones, en la manifestación de noche del viernes en Portland hubo por un momento un buen clima, con ritmo de tambores y fuegos artificiales ante el aplauso de la multitud.