Las mascarillas serán de uso obligatorio en Francia en todos los comercios y espacios cerrados de acceso público a partir de la semana que viene, según ha anunciado este jueves el primer ministro, Jean Castex en una intervención en el Senado. La entrada en vigor de la medida, avanzada hace unos días por el presidente, Emmanuel Macron, se había fijado inicialmente para el 1 de agosto. Sin embargo, Castex ya había puntualizado que se adelantaría su aplicación en caso de detectar un recrudecimiento de la pandemia.
El nuevo primer ministro, que antes de ser nombrado el pasado 3 de julio se encargaba de gestionar la desescalada tras el confinamiento, afirmó esta semana en una entrevista que habrá medidas más estrictas si los contagios se aceleran, y que en caso de una segunda oleada se contemplan “todas las hipótesis”.
El Gobierno asegura que trata de evitar un confinamiento general, pero contempla “todas las hipótesis” ante una segunda oleada
Pero también insistió en que la voluntad es evitar un nuevo confinamiento de carácter general y en que como ahora hay indicadores más localizados, si fuera necesario un confinamiento se podría organizar de forma más selectiva, para una parte del territorio o de un departamento.
Epidemiólogos y médicos en general han estado presionando en los últimos días para que se imponga la mascarilla con carácter obligatorio para evitar que se generen brotes de forma descontrolada, en particular a la vista de la relajación progresiva de las medidas de seguridad por parte de la población desde que se inició el desconfinamiento hace ya más de dos meses.