El presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, agradeció nada más llegar al aeropuerto internacional de Ciudad de México al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador por “salvarle la vida” al ofrecerle asilo político.

“Estoy muy agradecido con el Gobierno de México porque me salvó la vida”,dijo Morales en una declaración a la prensa en el hangar del aeropuerto Benito Juárez, después de ser recibido por el canciller mexicano Marcelo Ebrard quien, por su parte, destacó que el político gozará de “libertad, seguridad, integridad y protección de su vida”.

Morales, visiblemente cansado, llegó a México acompañado de que quienes fueron su vicepresidente, Álvaro García Linera, y su ministra de Salud, Gabriela Montaño.

“El 9 de noviembre un militar recibió una oferta de 50.000 dólares a cambio de entregarme”, explicó en su declaración, en la que añadió que en las horas posteriores al golpe de Estado en su contra, integrantes de su equipo de seguridad le mostraron grabaciones con ofrecimientos de dinero en efectivo para entregar a Morales a sus enemigos políticos.

“Sigue la lucha”

“Gracias a México, a sus autoridades, pero también quiero decir que mientras tenga la vida, seguimos en política, sigue la lucha, y estamos seguros que los pueblos tienen todo el derecho de liberarse. Pensé que habíamos terminado con la opresión, la discriminación, la humillación, pero surgen otros grupos que no respetan la vida y menos a la patria”, apuntó.

Para el mandatario boliviano, su único “delito” es ser indígena y haber “implementado programas sociales para los más humildes buscando la igualdad y la justicia”. “Solo habrá paz cuando haya justicia social”, agregó.

Además, recordó que la oposición de su país actuó de manera violenta para presionar su salida. “Quemaron tribunales electorales, quemaron sedes sindicales, quemaron casas de nuestras autoridades”, así como, dijo, la casa de su hermana y la suya en Cochabamba. “Para que no haya más desangres, más enfrentamientos, hemos decidido renunciar”, subrayó.