El 24 de febrero del año pasado Rusia lanzó una agresión militar contra su vecina Ucrania. La Unión Europea, que ahora ayuda con armas a Ucrania, respondió lanzando varias andanadas de sanciones económicas contra Rusia. Una de las más potentes fue la de congelar todos los fondos del Banco Central ruso depositados en el extranjero, reservas nacionales por valor de unos 300.000 millones de dólares. Ese dinero lleva meses bloqueado sin uso alguno.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, relanza ahora la idea ya anunciada de usar esos fondos para pagar todo lo que se pueda de la reconstrucción de Ucrania tras la guerra. Sería una forma de hacer que Rusia pagara reparaciones de guerra aunque se negara a hacerlo porque no puede disponer de ese dinero, del que sí pueden disponer las autoridades europeas y estadounidenses.
Michel quiere empezar lo antes posible haciendo que ese dinero trabaje, usándolo de la mejor manera posible para que genere beneficios en forma de intereses. Esos beneficios podrían ir ya a Ucrania porque lo bloqueado a Rusia seguiría sin tocarse. Pero Michel busca además el encaje legal que hiciera posible que todo lo bloqueado al Banco Central ruso se use en la reconstrucción de Ucrania.
El costo de la reconstrucción
El Banco Mundial publicó en verano un informe que aseguraba que esa reconstrucción de posguerra costaría un mínimo de 350.000 millones de dólares.
Es una estimación hecha en septiembre, que desde entonces no ha hecho más que aumentar y que crece cada día que sigue la guerra. Además, Rusia lanzó en los últimos meses ataques deliberados contra infraestructuras esenciales ucranianas, como las energéticas, que serán de las primeras que habrá que reconstruir.
El cráter de una bomba en una calle de Donetsk, en el este de Ucrania. Foto: EFE
En una entrevista al diario británico ‘Financial Times’, Michel dijo que le parece “una cuestión de justicia” que se usen al menos los beneficios que pueda dar ese dinero para la reconstrucción de Ucrania.
Pero reconoce que “debe hacerse de acuerdo con principios legales, eso está muy claro”. Michel dice en la misma entrevista que quiere que los líderes den impulso a las negociaciones para poner en marcha esa idea. La próxima cumbre europea se celebrará en poco más de dos semanas.
La idea no es nueva. Hace meses el canciller europeo Josep Borrell ya la había lanzado.
Pero Borrell no se limitaba a plantear que se usaran los beneficios que dieran esos 300.000 millones (el primer paso que promueve Michel) sino todo lo confiscado a Rusia.
Crear un fondo común
Edificios e infraestructura destruida por Rusia en Ucrania. Foto: Reuters
La Comisión Europea también propuso el año pasado meter todo el dinero confiscado a Rusia, que está en cuentas en Londres, Bruselas, París o Nueva York, en un fondo común que sería gestionado con vistas a obtener la mayor rentabilidad posible.
La idea es que gastar esos beneficios no sería ilegal, pero hay dudas de la legalidad de usar los fondos confiscados a Rusia sin que una instancia judicial, que sería la Corte Internacional de Justicia de Naciones Unidas en La Haya, dictaminara la legalidad tanto de la confiscación como del uso de ese dinero en Ucrania.
En el caso que La Haya diga que no se pueden tocar esos fondos, se le devolverían a Rusia los 300.000 millones de dólares, sin tocar, una vez la guerra acabe y se firme un tratado de paz, pero no se le devolverían lo beneficios generados por eso fondos.
Si La Haya dice que sí se pueden tocar, no se devolvería nada: ni el dinero ni los beneficios.
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