La amenaza velada de Rusia de un potencial uso de armamento nuclear en Ucrania levantó a la diplomacia europea.
La explosión del gasoducto bajo el Báltico hace además que la OTAN revise de urgencia todas las infraestructuras esenciales del continente, sobre todo las relativas a energía y comunicaciones.
El ‘canciller’ europeo, el hispano-argentino Josep Borrell, inauguró la nueva Escuela Diplomática Europea (el bloque empezará a formar diplomáticos europeos para no depender únicamente de los nacionales) con un discurso durísimo.
La charla estuvo centrada en la guerra en Ucrania. En un momento, Borrell dijo: “Putin dice que no bromea con la amenaza nuclear. Debe entonces comprender que los países que apoyan a Ucrania, la Unión Europea y sus Estados miembro, Estados Unidos y la OTAN, tampoco bromean. Todo ataque nuclear contra Ucrania provocará una respuesta, no nuclear, pero una respuesta militar tan potente que el Ejército ruso será aniquilado”.
Ejercicios militares conjuntos de Rusia y Bielorrusia. Foto: AP
El secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, ya había dicho el martes que la Alianza Atlántica se tomaba muy en serio las amenazas de Moscú.
“Las amenazas nucleares veladas del presidente Putin son peligrosas e irresponsables”, dijo.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, dijo en Bruselas que “Rusia sabe que una guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe hacerse. Vigilamos de cerca las fuerzas nucleares rusas y no hemos constatado ningún cambio en la posición de Rusia, pero estamos vigilantes”.
Nadie sabe exactamente en las instituciones europeas cómo responderían la Unión Europea y la OTAN ante un ataque nuclear ruso sobre Ucrania.
El país no es miembro de las organizaciones europeas y no disfruta de la cláusula de defensa mutua que protege a buena parte del continente. Sólo Estados Unidos, Francia y el Reino Unido tienen armamento nuclear entre los miembros de la OTAN. Nadie espera que ellos ataques con armas nucleares a Rusia porque ésta las use en Ucrania.
Sólo Estados Unidos, Francia y el Reino Unido tienen armamento nuclear entre los miembros de la OTAN. Foto: AP
Borrell habla de una respuesta militar convencional contra las tropas rusas lanzada por Estados Unidos y los ejércitos europeos.
Fuentes comunitarias se plantean que Borrell lanzó más una advertencia que una constatación de una decisión tomada a alto nivel.
¿Se atacaría a los rusos sólo en Ucrania o también en Rusia? Porque la doctrina militar rusa prevé la respuesta nuclear para proteger su territorio incluso de ataques no nucleares. Rusia considera suyos las cuatro provincias ucranianas que se anexionó ilegalmente en septiembre.
Protección de infraestructuras estratégicas
El sabotaje del gasoducto Nordstream, del que los europeos no acusan oficialmente a Rusia a pesar de que todas las miradas están puestas en ese caso también sobre el Kremlin, disparó las alarmas en la OTAN.
Son cientos si no miles las infraestructuras que se podrían considerar estratégicas o esenciales que podrían ser objeto de ataques, desde cables de internet submarinos pasando por más gasoductos, oleoductos, redes telefónicas hasta buques metaneros o plataformas de extracción de hidrocarburos.
Noruega denunció hace dos semanas haber detectado drones no autorizados volando cerca de varias de sus plataformas en el Mar del Norte. La distancia a la que se encuentran de la costa hace pensar que fueron lanzados desde buques.
La Alianza Atlántica aumentará la vigilancia y para ello lo primero será reunir en Bruselas en los próximos días a expertos de todos sus Estados miembro para poner en común ideas para proteger mejor la seguridad y ciber-seguridad de esas infraestructuras.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Foto: EFE
Stoltenberg dijo esta semana que la OTAN había doblado su presencia naval en el Báltico y el Mar del Norte, donde ahora tiene más de 30 navíos militares a los que acompañan submarinos y aviones de vigilancia marítima.
El secretario general también contó que la OTAN estaba “reforzando la seguridad alrededor de instalaciones clave”, como pueden ser centrales energéticas, puertos o refinerías.
La OTAN quiere también proteger sus infraestructuras vitales con la amenaza de una respuesta militar. Stoltenberg dijo que “todo ataque deliberado contra infraestructuras críticas de los Aliados será objetivo de una respuesta unida y determinada”.
Los dirigentes de los Estados participantes en la OTAN tendrán ahora que decidir si los ataques híbridos serán considerados ataques armados y por lo tanto respondidos por la fuerza.
Bruselas, especial