EFE y AFP
ADÍS ADEBA. Decenas de personas, “probablemente cientos de ellas”, fueron apuñaladas mortalmente la noche del 9 de noviembre en la región norteña de Tigray, contra la que el Ejecutivo etíope mantiene una ofensiva militar, reveló Amnistía Internacional (AI) tras una investigación.
“Hemos confirmado la masacre de un gran número de civiles, quienes serían trabajadores que no participaban de ninguna manera en la ofensiva militar en curso”, detalla Deprose Muchena, directora de AI para África del este y del sur.
El Laboratorio de Evidencia de Crisis de la ONG examinó y verificado fotografías y vídeos “de cuerpos esparcidos” y “trans- portados en camillas”, y confirmó que las imágenes eran verdaderas y recientes.
La ONU pidió una “investigación independiente” y mencionó los posibles “crímenes de guerra” en Tigray, donde el gobierno federal, encabezado por el primer ministro Abiy Ahmed, lanzó una operación militar.
AI no ha podido confirmar quién es el responsable de estas muertes, pero según varios testigos, fuerzas leales del Frente de Liberación de Tigray (TPLF) habrían atacado a la población civil después de una derrota frente a las tropas federales.
Ahmed ordenó el pasado 4 de noviembre una campaña militar en la región norteña de Tigray tras acusar al TPLF, grupo que monopolizó el poder durante casi tres décadas, de haber cruzado “una línea roja” tras atacar una base militar etíope a fin de robar armas, causando “muertes”.
Desde entonces, los combates se han intensificado en Tigray, donde el Gobierno etíope mantiene cortadas las comunicaciones, lo que dificulta confirmar de manera independiente el número real de muertos y heridos en este conflicto.
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Por el momento, Abiy, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2019, se niega a seguir la vía del diálogo para resolver la crisis, donde la situación humanitaria ya causa consternación internacional.
Más de siete mil personas han huido solo esta semana a Sudán, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados, mientras que Médicos sin Fronteras advirtió que antes de la escalada militar “miles de personas, y casi 100 mil refugiados que vivían en Tigray, ya eran dependientes de asistencia humanitaria”.