La primera parada del presidente ha sido en la estación Mildenhall de la Fuerza Aérea, donde ha saludado a los militares estadounidenses y sus familias, exponiendo su misión en este viaje.
“Estados Unidos ha vuelto y las democracias del mundo están unidas para afrontar los retos más difíciles y los asuntos que más importan para nuestro futuro”, fue su declaración de intenciones.
Entre los temas que se van a plantear en el G7 están el reto de conseguir que el mundo se vacune contra la COVID 19, la planificación de una recuperación económica tras la pandemia y el cambio climático. Pero luego la agenda marca una reunión muy esperada en Ginebra.
Biden explicó: “este es mi primer viaje al extranjero como Presidente de Estados Unidos. Me dirijo al G7, y luego a la reunión ministerial de la OTAN y después a reunirme con el Sr. Putin, para hacerle saber, lo que quiero que sepa“.
Se cree que la secuencia del viaje es deliberada: Biden consultando a los aliados de Europa Occidental como muestra de unidad antes de su cumbre con Putin.
Cornualles es conocido por ser un destino de vacaciones, pero es poco probable que sea relajante en esta ocasión. Y antes de la cumbre, una cita más, la de Biden con el primer ministro anfitrión, Boris Johnson. Una toma de conacto para medir su relación.