25 de octubre de 2013. Intersección de la avenida York y la calle 72, en Nueva York. Una milésima de segundo fatídica y no una, sino decenas de vidas que cambiarán. Angela Sartin-Hartung cruzaba a pie por la senda peatonal. No vio venir la patrulla policial que la impactó.
El conductor de una ambulancia que estaba justo en el lugar vio el accidente. Fueron segundos claves. De inmediato fue trasladada al New York-Presbyterian Weill Cornell Medical Center de Manhattan, donde permaneció un mes en coma como consecuencia de las severas heridas.
Al despertar, la mujer de 55 años, no reconocía a nadie. Al principio creyeron que eran algo típico de la conmoción. Pero no. Sufría de una profunda amnesia. Ni siquiera podía saber quién era el hombre que en el lecho de internación le sostenía la mano. Era su marido, Jeff Hartung, con quien se había casado en 2000.
No no lo reconoció. Era un perfecto desconocido. Como el resto de las personas que se acercaban tras conocer la novedad de su nuevo amanecer.
Pero de la memoria de Angela se habían borrado las imágenes de los últimos 13 años. Al despertar creyó que aún seguía casada con su primer marido, quien había muerto en 1998 y con quien había tenido una niña. Sobre ella se acordaba, pero pensaba que aún era una niña y no la adolescente en que se había convertido y que era alumna de la escuela de Ballet SLK en la gran manzana.
El proceso de recuperación de la memoria fue lento. Es lento. Aún hoy no recuerda nada de sus últimos años. Es un aprendizaje continuo. Sobre todo con su marido Jeff, quien pasó a ser una persona “nueva” en su vida.
Fotos, recuerdos, grabaciones en video, anécdotas. Todo se borró de su memoria. Pero la paciencia, dedicación y amor de su marido fueron demasiado para un corazón ávido de querer: terminó enamorándose nuevamente.
Fue por eso que juntos planificaron revivir algo similar a lo que -más jóvenes- experimentaron 18 años atrás cuando ante el altar ambos dijeron “sí, quiero“. La ceremonia será el 16 de junio próximo en el Central Park. Allí, además de familiares y amigos, habrá dos invitados muy especiales: John Sherman y Kirk Lercher. El primero, el cirujano plástico del Well Corner; el segundo, su especialista en rehabilitación del Mt. Sinai donde también estuvo un mes recuperándose.
“Ahora, cada día se trata de armar nuevas vivencias. Soy muy afortunada porque puedo hacerlo. Mi vida no ha sido tomada“, dijo Angela en declaraciones al diario The New York Daily News. “Mi memoria está aún completamente fuera. Y me lleva mucho tiempo recordar cosas, pero tengo fotos por toda la casa de Jeff y yo… él es un hombre tan asombroso. Me hace llorar“.
Su marido, Jeff, el otro héroe de esta historia, cuenta sobre su próximo casamiento: “A Angela no le gusta llamarla ‘boda’ o ‘luna de miel’, porque dice que ya estamos casados. Es muy técnica“, sonríe el hombre.
Angela no recuerda el momento del accidente. La ciudad quiere culparla y decir que cruzó con el semáforo en su contra. Pero ella dice que eso es imposible. Y que en cambio es seguro que el patrullero policial no llevaba sus luces encendidas y por eso no lo vio aproximarse. Demandan a la comuna por 2 millones de dólares.
Para Jeff lo ocurrido con su esposa debería ser una enseñanza para los demás. Quieren que su historia actúe como inspiración hacia otros que atraviesan una situación semejante. “La gente no siempre puede ver la gracia y la misericordia que puede llegar después de una tragedia. Queremos mostrar las otras cosas que aparecen tras una“, dijo el hombre.