Concretamente, Sara Netanyahu, de 59 años, habría presentado facturas en concepto de comidas y alimentos para consumo personal y de sus invitados, cuando su residencia oficial dispone ya de un cocinero.
La justicia le reprocha el hecho de haber mentido, argumentando que tenía que pedir comida porque su casa no disponía de cocinero y de haber presentado decenas de facturas de entrega a domicilio durante el mismo mes o de costosos restaurantes de Jerusalén.
Junto a ella es juzgado el ex vicedirector general del despacho de su esposo, que habría sido cómplice de Sara Netanyahu, diciendo que la residencia no disponía de un cocinero.
El juicio, que podría durar meses, la implica únicamente a ella y no a su marido, que también está envuelto en otros presuntos escándalos de corrupción por los que fue interrogado el pasado viernes.
Además: Sara Netanyahu, oficialmente sospechosa de recibir sobornos
Benjamín Netanyahu es sospechoso de haber ofrecido favores políticos a cambio de regalos costosos que superarían los 250.000 dólares.
En otro caso que también le salpica se investiga si el primer ministro habría llegado a un supuesto acuerdo para que uno de los diarios más importantes de Israel, Yediot Ahoronot, realizara una cobertura favorable.
En ambos casos, la policía recomendó el pasado febrero a la justicia que inculpara a Netanyahu por corrupción y fraude. Por ahora, el jefe de gobierno no ha sido imputado.
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Por su parte, Sara Netanyahu se ha declarado inocente de los cargos que se le imputan, que ha calificado de “absurdos”.