“El Vaticano sabía de los abusos. ¡Es el colmo que no lo reconozca!”

Víctimas del fundador de los Legionarios de Cristo pedirán en enero a las autoridades mexicanas una reparación por las agresiones sufridas

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Saúl Barrales no esconde su enojo. Ha cumplido 88 años, 12 de ellos sumergido en una lucha legal infructuosa para conseguir justicia como víctima de abusos de Marcial Maciel, el cura fundador de los Legionarios de Cristo, uno de los grandes movimientos del cristianismo romano. Para él es una burla el informe interno hecho público el fin de semana, en el que la congregación admite que desde 1941 hasta hoy 175 menores fueron víctimas de abusos sexuales cometidos por 33 de sus sacerdotes, al menos 60 de ellos, por Maciel. “Es una lavada de cara”, dice. “No es suficiente”, continúa, “la institución debe desaparecer”. Hartos de no ser atendidos ni por la Iglesia ni por la justicia, Barrales y otras siete personas que fueron abusadas por Maciel cuando eran niños —la mayoría hoy son mayores de 80 años— acudirán en enero a las autoridades mexicanas para exigir reparación por los abusos sufridos.