Legisladores del PRM se han mantenido firmes en rechazo a modificación de la Carta Magna.
Ha resistido la posible fuga de votos, “tumba” las sesiones para rechazar militarización y advierte con protestas frente Congreso

La guerra en contra de la reforma constitucional para la reelección del presidente Danilo Medina se libra en tres frentes, batalla de votos en el Congreso, en las calles y la opinión pública. En ese proceso, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) trata de no quedar atrapado en las patas de los caballos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y pone en marcha una estrategia que ataca la marca PLD. El PRM no ha dejado dudas de que no apoyará con sus votos en el Congreso el cambio a la Carta Magna y, para evitar fuga de votos, reservó a todos sus legisladores las plazas que ahora ocupan, la que perderían si favorecen el proyecto reeleccionista.

El último recurso que entró en escena fue el de las protestas, la pasada semana, que provocaron la militarización de la sede del Poder Legislativo y la suspensión de las sesiones en la Cámara de Diputados.

De los líderes políticos, el primero que advirtió que protestará frente al Congreso fue Luis Abinader, precandidato puntero del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y principal líder de la oposición. Esa advertencia la hizo los días 19 y 24 de junio en su cuenta de Twitter. “Condeno enérgicamente agresión a diputados y al Congreso. Cúpula PLD -ayer unos y hoy otros- no respeta la Constitución ni la Democracia. Reitero, si introducen reelección, convocaré al pueblo dominicano al Congreso y estaré en primera fila. No volverán a pisotear la Constitución”, escribió el 24 de junio.

Sin embargo, el expresidente Hipólito Mejía parece que no comparte ese enfoque de Abinader de ir a las calles a protestar, pues el pasado miércoles 26 de junio escribió un mensaje de crítica indirecta. Mejía publicó una foto en la que señalaba que estaba leyendo un artículo titulado: ¿Qué busca Luis en ese pleito?, de la columna de Buena Tinta de Diario Libre. Ese artículo critica la declaración de Luis Abinader de protestar. De hecho, desde que el excandidato presidencial anunció que iría a las calles han llegado aplausos y rechazo específicamente de los sectores enfrentados en el PLD.

Los leonelistas lo aplauden y los danilistas lo critican, estos últimos bajo el argumento de que a Abinader y al PRM les conviene la reforma, porque generaría una especie de “tormenta perfecta” para la división del PLD, que a su vez supuestamente crearía un escenario ideal para desplazar del poder al poderoso partido morado. A juzgar por sus declaraciones y acciones, Abinader no está tan convencido de la conveniencia política de dividir al PLD sobre la base de facilitando de alguna manera el cambio constitucional. La estrategia del político podría estar motivada por el rechazo que ha concitado la reforma a la Constitución para no dejar ese escenario solo a Leonel Fernández, que es la figura que encabeza esa lucha. Eso podría generarle crecimiento en el electorado al presidente del PLD si Abinader se queda rezagado ante el principal tema de la opinión pública.

Otro riesgo para el excandidato, si se queda cruzado de brazos, es que en el hipotético caso de que se apruebe la reforma y Fernández opte por participar como candidato de otros partidos de oposición, sería quien polarice con Medina si el presidente de la República se presenta por el PLD y eso pone en riesgo el posicionamiento electoral favorable que hasta ahora ha tenido Abinader.
En un escenario como ese, probablemente Fernández afianzará su discurso de que Medina pretende perpetuarse en el poder y el debate electoral podría concentrarse en ese tema, que Fernández ha asumido desde el 2015.

En materia de impacto de opinión pública, Abinader tiene desventaja frente a Fernández, quien además de haber ocupado tres veces la Presidencia, tiene un discurso mucho más potente para levantar pasiones, una de las características fundamentales de la competencia política para encantar al electorado.

Con ese tema, Luis Abinader tiene la ventaja frente a Leonel Fernández que en el 2015 se opuso al cambio constitucional hasta el final, contrario a Fernández que cedió en un acuerdo “para garantizar la unidad del PLD”, según él mismo ha dicho. El reto de Abinader y el PRM radica en hacer tanta oposición a la reforma como sea posible para sacar capital político a un proyecto rechazado por el 70% la población, pero sin parecer que van detrás de Fernández y su grupo.

En esa estrategia, el PRM ha optado en la práctica por atacar la marca PLD. Las últimas muestras son las declaraciones del presidente del PRM y senador, José Ignacio Paliza y de la exvicepresidenta, Milagros Ortiz Bosch, que en lugar de responsabilizar solo a Medina y su grupo de lo que ocurre, culpan al PLD.

“Los líderes del PLD han convertido ese poder del Estado en un campo de batalla para dirimir sus contradicciones particulares en un momento en que el país se encuentra en la picota pública internacional por los incidentes que afectan la industria turística” señaló Ortiz Bosch, en declaraciones del pasado fin de semana. Paliza, de su lado, criticó a los peledeísta y les dijo que saquen sus líos del Congreso y los lleven a la Casa Nacional de su partido.

En el proceso de aprobación de la Ley de Partidos, el PRM saboreó el amargo de una campaña de opinión pública que le hizo el equipo de Fernández al vincularlo con el gobierno para aprobar la pieza.

Según un histórico de posicionamiento electoral de ese partido, que publicó la encuesta Gallup en el periódico Hoy en mayo pasado, el apoyo al PRM oscila entre 21% y 29%, sin embargo, en septiembre del 2018 registró una baja a 14% de apoyo. En ese periodo, el único acontecimiento político importante fue la aprobación de la Ley 33/18con el apoyo del PRM, pero con una campaña de ataque del leonelismo.

Reelección

Desde el 2017, el tema de la reelección ha dominado la agenda de la opinión pública cuando los sectores de Leonel Fernández, en el PLD, y Luis Abinader, en el PRM, se opusieron a rajatablas, para que en la Ley de Partidos se impusieran primarias abiertas y obligatorias a todos los partidos con el argumento de que el objetivo era favorecer la reelección del presidente Danilo Medina.

Esta fue la primera batalla perdida en la opinión pública de la reelección, ya que el modelo de primarias abiertas obligatorias no logró apoyo de ningún sector político, ni social.

Desde marzo del 2018 hasta la fecha se han publicado al menos 15 encuestas que han preguntado a la ciudadanía si apoya una segunda reforma a la Constitución para repostular al presidente y cerca del 70% la rechaza. Ninguna encuesta publicada en ese lapso ha sido favorable a la reforma, lo que implica que está reprobado por la opinión pública.