España comienza la semana con un descenso en las cifras de coronavirus, con 123 fallecidos y 372 contagiados en las últimas 24 horas.
La mitad de la población española comienza este lunes una nueva fase de desescalada tras el parón que decretó el Gobierno el pasado 10 de marzo, en el que se limitaban los movimientos y las actividades sociales y comerciales habituales.
Con la pandemia de coronavirus bajo control tras varias semanas de reducción de las cifras de contagios y de muertos, el 51 por ciento de los habitantes del país entran en la llamada fase 1 de transición progresiva a la normalidad después de una estricta fase de confinamiento desde el 15 de marzo.
En esta fase 1 (que antecede a las fases 2 y 3) no estarán algunas de las zonas con más densidad de población, como las áreas metropolitanas de Madrid (centro), Barcelona (noreste) o Valencia (este), igual que las provincias turísticas de Málaga y Granada (sur), que todavía no cumplen los requisitos sanitarios y deberán esperar en la fase 0.
En esta nueva fase 1, aunque el Gobierno español continúa recomendando el teletrabajo siempre que sea posible, se reanudan numerosas actividades, instalaciones y servicios, aunque con condiciones como la limitación de la asistencia, el mantenimiento de la distancia de seguridad entre personas, fuertes medidas de higiene, protección personal y desinfección frecuente de instalaciones y puestos laborales.
Así, reabren las terrazas de bares y restaurantes, siempre con la mitad del aforo permitido y un horario reservado a la tercera edad por ser población de riesgo, y también los comercios cuya superficie sea inferior a los 400 metros cuadrados que deberán realizar, como mínimo, dos labores de desinfección diarias.
También reabren hoteles y alojamientos turísticos, aunque sin ofrecer comida en el interior; los espectáculos culturales con aforo limitado y los gimnasios y centros deportivos con un entrenador por grupo y desarrollando ejercicios que no impliquen contacto físico.
En cuanto a las relaciones sociales, se permiten reuniones de hasta 10 personas en espacios públicos y privados con las adecuadas medidas de distanciamiento social, además de la reanudación de actividades religiosas, que podrán tener un 30 por ciento de su aforo habitual.
El Gobierno sigue recomendando que, en estas actividades, no se incluya de momento a la tercera edad y grupos de población que puedan ser de riesgo por diversas patologías.