Teresa y Marvin Bradley en realidad no saben cómo se infectaron de coronavirus. Quizá Teresa Bradley, quien es enfermera en Míchigan, lo trajo de su hospital. Tal vez los contagió un pariente que los visitó. Pero también es posible que haya sido algo totalmente distinto.

Lo único seguro, según nuevos datos federales que nos presentan el panorama más completo hasta ahora sobre casi un millón y medio de pacientes de coronavirus en Estados Unidos, es que los Bradley no son un caso aparte.

En ciudades grandes como Milwaukee y Nueva York, al igual que en áreas metropolitanas más pequeñas como Grand Rapids, Míchigan, donde viven los Bradley, se ha observado que el virus hace distinción de personas por su raza. Esta terrible desigualdad se sintió a flor de piel cuando el personal hospitalario trasladó a Teresa Bradley, una mujer negra, por la sala de emergencias.

“Ahí todos eran afroestadounidenses”, dijo. “Todos”.

Las primeras cifras disponibles ya indicaban que en Estados Unidos una mayor proporción de las poblaciones negra y latina sufrían debido al virus. Sin embargo, los nuevos datos federales, a los que The New York Times tuvo acceso después de llevar ante los tribunales a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), revela un panorama más claro y completo: el coronavirus ha causado daños desproporcionados en las comunidades negra y latina de todo el país, en cientos de condados de áreas urbanas, suburbanas y rurales, así como en todos los rangos de edad.

Raza o grupo étnico con la tasa más alta de coronavirus en cada condado

Los habitantes latinos y afroestadounidenses de Estados Unidos han registrado el triple de infecciones que sus vecinos blancos, según los nuevos datos, que incluyen características detalladas sobre 640.000 infecciones detectadas en casi mil condados estadounidenses. Además, el virus ha causado casi el doble de defunciones de personas negras y latinas que de blancos, según los datos.

Tasas de casos de coronavirus en habitantes negros y latinos, en comparación con casos en habitantes blancos

AprilMay123 times that of white casesBlackLatinoFuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades | Nota: Los datos abarcan hasta el 28 de mayo.

Estas disparidades se observan en varios estados y regiones. Lo mismo en poblaciones rurales de las Grandes Llanuras y en condados suburbanos como el de Fairfax, en Virginia, que en muchas de las ciudades más grandes del país.

“El racismo sistémico no impera tan solo en el sistema de justicia penal”, afirmó Quinton Lucas, el tercer alcalde negro de Kansas City, Misuri, en cuyo estado el 40 por ciento de los infectados son negros o latinos, aunque esos grupos representan tan solo el 16 por ciento de la población estatal. “Hemos observado que cobra vidas no solo en las áreas urbanas de Estados Unidos, sino también en las rurales y en todo tipo de zonas en las que, francamente, las personas merecen las mismas oportunidades de vivir, de recibir atención médica, de tener acceso a pruebas y al rastreo”.

Los datos también mostraron varios focos de disparidad entre los nativos estadounidenses. En gran parte de Arizona y en varios otros condados, eran mucho más propensos a infectarse que los blancos. Para las personas asiáticas, las disparidades generalmente no eran tan grandes, aunque tenían 1,3 veces más probabilidades de infectarse que sus vecinos blancos.

Los nuevos datos federales, que son un componente importante de los esfuerzos de vigilancia de enfermedades de la agencia, están lejos de ser completos. No solo falta información sobre raza y origen étnico en más de la mitad de los casos, sino también otras pistas epidemiológicamente importantes, como la forma en que la persona podría haberse infectado.

Y debido a que los datos incluyen solo casos hasta finales de mayo, no refleja el aumento reciente de infecciones que ha afectado a partes de la nación.

Aún así, los datos son más completos que cualquier publicación de la agencia hasta la fecha. El Times pudo analizar la disparidad racial en las tasas de infección en 974 condados, que representan a más de la mitad de la población de Estados Unidos, un estudio mucho más extenso de lo que era posible anteriormente.

Disparidades de infección en los suburbios

En el caso de los Bradley, ambos un poco mayores de 60 años, los síntomas no parecían muy graves en un principio. Sentían que algo les raspaba al fondo de la garganta.

No obstante, pronto comenzaron a sufrir fiebre y a tener problemas para respirar, así que ambos fueron al hospital. Ahí los separaron; a Teresa la admitieron, pero a Marvin lo enviaron a casa. Marvin relató que se sentía muy enfermo, pero no le quedó más remedio. Cuando llegó a casa, lo inundó una sensación de soledad y cayó en cuenta de que no sabía qué tratamiento seguir para calmar sus síntomas.

Tanto Teresa Bradley, de 60 años, como su esposo, Marvin Bradley, de 61 años, tuvieron la COVID-19 a principios de este año.Elaine Cromie para The New York Times

Después de varias semanas de enfermedad, ambos se recuperaron. Cuando Marvin Bradley regresó a trabajar en el departamento de ingeniería de una fábrica luego de varias semanas, uno de sus colegas blancos le dijo que era la única persona que conocía que había contraído el virus.

En contraste, Marvin Bradley comentó que conocía a varias personas que habían enfermado. Algunas de ellas murieron.

“Somos más vulnerables a esto”, se lamentó Marvin Bradley.

En el condado de Kent, que incluye Grand Rapids y sus suburbios, los residentes negros y latinos han sufrido el 63 por ciento de las infecciones, aunque solo representan el 20 por ciento de la población de ese condado. Los funcionarios de salud pública y dirigentes electos de Míchigan dijeron que no se sabe a ciencia cierta por qué las personas negras y latinas del condado de Kent se han visto más afectadas que en otras partes del país.

De los 249 condados con por lo menos 5000 residentes negros de quienes el Times obtuvo datos detallados, en todos salvo en 14 la tasa de infecciones es más alta para los residentes afroestadounidenses que para los residentes blancos. De manera similar, de los 206 condados con por lo menos 5000 residentes latinos analizados por el Times, 178 registran tasas de infección más elevadas para los residentes latinos que para los blancos.

“Como mujer afroestadounidense, es una tremenda carga emocional”, dijo Teresa Branson, subdirectora administrativa de salud en el condado de Kent, cuya agencia ha coordinado con pastores negros y ha aumentado las pruebas en vecindarios muy afectados.

Los expertos señalan las circunstancias que han hecho que las personas negras y latinas sean más propensas que las blancas a exponerse al virus: muchos de ellos tienen trabajos en primera línea que les impiden trabajar desde casa; dependen del transporte público; o viven en apartamentos estrechos u hogares multigeneracionales.

“Literalmente no te puedes aislar si tienes un baño”, dijo el vicegobernador Garlin Gilchrist II, quien lidera el grupo de trabajo de Michigan sobre las disparidades raciales del coronavirus.

‘Tenemos que seguir trabajando’

Los latinos también han sufrido infecciones a una tasa tremendamente desigual en comparación con los blancos. Uno de los focos de infección más alarmantes también es una de las zonas más adineradas: el condado de Fairfax, a las afueras de Washington D. C.

En ese condado viven el triple de blancos que de latinos. Sin embargo, para finales de mayo, el cuádruple de residentes latinos que de residentes blancos habían dado positivo en las pruebas del virus, según los datos de los CDC.

En Culmore Clinic, una clínica gratuita interreligiosa que atiende a adultos de bajos ingresos en Fairfax, aproximadamente la mitad de los 79 pacientes latinos que se hicieron la prueba del virus han sido positivos.

“Este es un condado muy adinerado, pero sus necesidades son invisibles”, dijo Terry O’Hara Lavoie, cofundadora de la clínica. Añadió que el riesgo de enfermarse en viviendas estrechas, se ve agravado por la presión de trabajar o volver pronto al trabajo, incluso en entornos riesgosos.

Los datos demográficos confirman los riesgos. En todo el país, el 43 por ciento de los trabajadores negros y latinos tienen empleos en industrias de servicios o producción que en su mayor parte no pueden realizar a distancia, según muestran datos del censo de 2018. En cambio, solo alrededor de uno de cada cuatro trabajadores blancos tienen un empleo de este tipo.

Encima, el doble de latinos que de blancos viven en un espacio hacinado (menos de 46 metros cuadrados por persona), según la encuesta de vivienda American Housing Survey.

Las estadísticas nacionales de infecciones y muertes debido al virus hasta cierto punto subestiman la disparidad, puesto que el virus ataca mucho más a los estadounidenses de edad avanzada, entre los cuales hay una proporción mucho mayor de blancos que entre los jóvenes. Si se comparan las infecciones y muertes solo dentro de grupos del mismo rango de edad, las disparidades son todavía más amplias.