En rigor, Joe Biden no luchaba contra Donald Trump en las pasadas elecciones presidenciales. Luchaba contra la imagen que Donald Trump daba de él en cada acto público: ‘Sleepy Joe Biden’, el hombre anodino, aquel que no controla las cosas sino que las cosas parecen pasarle por encima. La lucha de Biden contra esa imagen salió bien en noviembre porque mejor ser un atontado que ser una tramposa –crooked– como Hillary Clinton. Ahora bien, le acompaña aún entre la ciudadanía estadounidense y, después de lo ocurrido este fin de semana, le acompañará siempre.