Crece una Europa no cristina. Más atea, con jóvenes que no se cubren con la bandera de ninguna religión porque las ideas no calan. Muchos jóvenes europeos “habrán sido bautizados y luego nunca volverán a entrar por la puerta de la iglesia”, dijo a The Guardian Stephen Bullivant, profesor de teología y sociología de la religión en la St. Mary’s University en Londres.
Los resultados los arroja una encuesta a jóvenes de Europa de entre 16 y 29 años y se publican los resultados en el informe Jóvenes y adultos de Europa.
Según el informe, el 91% de los jóvenes de República Checa no se califican como religiosos. Le sigue Estonia, con el 81%, y Suecia, con el 75% de este grupo de edad sin creencias religiosas. España ocupa el puesto duodécimo —con un 55% de no creyentes— entre los países con jóvenes con menos afiliación religiosa, por detrás de Noruega y Dinamarca.
Los países más religiosos son Polonia y Lituania. Más de 80% de los polacos se declaró católico y afirmó acudir al menos un día a la semana a misa. En Lituania, aunque el 70% se confesó religioso, solo 5% señaló que iba a la iglesia cada semana. En realidad, solo en Polonia, Portugal e Irlanda más del 10% de los jóvenes apuntaron que acudían a misa semanalmente.
El periódico británico informó que en Reino Unido solo el 7% de los jóvenes se identificaban como anglicanos y menos del 10% como católicos. Los jóvenes musulmanes creyentes en el países, un 6%, se aproximan a ser la cifra más alta.
“El cristianismo como un defecto, como una norma, se ha ido y probablemente se haya ido para siempre, o al menos durante los próximos 100 años”, concluyó Bullivant al medio.
Es la muerte lenta de la religión en Europa.