El brote de cólera en Haití continúa extendiéndose a gran velocidad y la violencia de las bandas armadas sigue aumentando en el país, según alertó este miércoles Naciones Unidas, que está tratando de recabar fondos internacionales para apoyar a la población.
La coordinadora humanitaria de la ONU en Haití, Ulrika Richardson, destacó en una rueda de prensa telemática que de unos 152 posibles casos de cólera a principios de octubre se ha pasado a casi 9,000, con la enfermedad ya presente en ocho de las diez provincias del país.
Según explicó, la prioridad ahora mismo es montar lo más rápidamente posible una respuesta robusta ante este brote para anticiparse al avance de la enfermedad.
Haití tardó hasta 2019 en superar completamente el gran brote de cólera que comenzó en 2010 -por un vertido de heces de un campamento de cascos azules de la ONU- y que causó la muerte de casi 10,000 personas.
Preguntada por la comparación con aquel brote, Richardson destacó que ahora Haití cuenta con experiencia en la respuesta a la enfermedad, pero aseguró que el contexto en el país es ahora más complejo.
Según explicó, la situación de seguridad sigue deteriorándose, con importantes zonas de Puerto Príncipe bajo el control de bandas armadas y con el número de asesinatos en aumento, lo que ha llevado a miles de personas a huir de sus hogares.
En octubre, se dio cuenta de al menos 195 homicidios intencionados, 102 secuestros y 264 eventos de disturbios civiles, en su mayoría graves, señaló la responsable de la ONU.
En el apartado positivo, Richardson destacó el reciente desbloqueo de la principal terminal de combustibles del puerto de la capital, que bandas armadas habían dejado sin acceso provocando graves carencias de gasolina.
Según apuntó, aunque esa situación ha mejorado sobre todo en Puerto Príncipe, el acceso al combustible sigue siendo muy limitado en otras zonas del país.
El bloqueo de esa terminal llevó a una crisis humanitaria sin precedentes, dado que la falta de carburante obligó al cierre de algunos hospitales, en medio del brote de cólera.
Asimismo, imposibilitó la reapertura de las escuelas, llevó a decenas de personas al paro al estar cerradas instituciones y empresas y ralentizó hasta casi paralizar las actividades.
Además, la falta de combustible hizo que se disparara el costo de los productos de primera necesidad, cuyos precios se han duplicado e incluso triplicado, al igual que los del transporte público.