Al menos 335 muertos civiles, entre ellos 79 niños y 50 mujeres, y más de 1.745 heridos, es el balance de la ofensiva que desde el domingo lanza el ejército gubernamental de Siria y sus aliados rusos sobre el distrito de Guta Oriental, bastión de la oposición a al Asad en las afueras de Damasco, según el Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Además de la masacre humana, nueve centros médicos han quedado fuera de servicio desde el inicio de los bombardeos, según el OSDH. Los 400.000 habitantes de Guta Oriental se encuentran bajo asedio de las fuerzas leales al presidente sirio desde 2013.
El miércoles, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió la “suspensión inmediata” de las hostilidades y afirmó: “Estoy profundamente entristecido por el sufrimiento de la población civil en Guta Oriental. 400.000 personas viven en el infierno en la tierra”. Guterres insistió en que el mundo no puede permitir que esta “tragedia humana” continúe.
Masacre humana y hospitales destruidos
La Sociedad Médica Siria Americana (SAMS) informó en la noche de ese día en un comunicado en su página de Facebook de que al menos veinte instalaciones sanitarias han sido blanco de ataques en Guta Oriental, donde cuatro trabajadores sanitarios han perdido la vida, tres de ellos miembros de esa ONG.
Las últimas instalaciones médicas que han dejado de funcionar por los bombardeos de aviones de guerra y helicópteros castrenses son los centros sanitarios de Duma, Madira y Yisrín, según fuentes consultadas este jueves por Efe. En los últimos días también habían quedado fuera de servicio por los ataques el Hospital de Dar al Shifa, en Hamuriya; el Hospital Quirúrgico de Arbín y tres centros médicos en Kafr Batna y Saqba.
El Consejo de Seguridad de la ONU votará esta semana, previsiblemente este jueves, una propuesta de resolución para decretar una tregua de treinta días en Siria. La canciller alemana ángela Merkel, también ha reclamado el cese de esta “masacre”, y el presidente francés Emmanuel Macron ha acusado a al Asad de cebarse en “los civiles”.
Por su parte, Moscú ha negado su participación en los bombardeos. “Aquellos que apoyan a los terroristas son los responsables”, ha afirmado el protavoz del Kremlin Dimitri Peskov.
Apoyo a las milicias kurdas en Afrín
Un nuevo convoy de fuerzas gubernamentales sirias ha entrado este jueves en la región de Afrín, en el noroeste del país árabe, para apoyar a la milicia kurda Unidades de Protección del Pueblo (YPG, en sus siglas en kurdo), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La nueva tanda de tropas leales al presidente sirio, llegó en virtud del acuerdo con las YPG para defender la región de la ofensiva del ejército turco y de facciones rebeldes sirias pro Ankara, según fuentes mencionadas por Efe.
Turquía y sus aliados desarrollan desde el pasado 20 de enero una ofensiva en Afrín contra las YPG, a las que el Gobierno turco considera terroristas por sus vínculos con la guerrilla kurda presente en su territorio, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
De acuerdo al Observatorio, desde el inicio de la ofensiva Turquía se ha hecho con el control de 53 pueblos de Afrín, donde hay más de 350 localidades.
Este jueves, fuerzas gubernamentales sirias han comenzado a entrar en los barrios controlados por las milicias kurdosirias en la ciudad de Alepo, la mayor del norte del país, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Los distritos en manos del principal grupo armado kurdosirio, las las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, en sus siglas en kurdo), son Al Sheij Maqsud, Bustan al Basha, Andarat, Al Helik, Al Haidaria, Al Shiquif, Beni Zaid y Sukan al Shababi, todos ellos en el norte de Alepo, destacó la fuente.