Cuando el huracán María azotó Puerto Rico en septiembre de 2017, el actor Modesto Lacén estaba en su hogar en Río Grande, cerca del bosque El Yunque. Acababa de casarse; no pudo haber luna de miel. Raquel Berrios y Luis Alfredo del Valle, pareja que forma la banda de pop indie Buscabulla, estaban en Nueva York y desesperados por contactar a sus familiares en la isla. Cuando Lin-Manuel Miranda, quien estaba de vacaciones en Austria, intentó hacer lo mismo, se topó con silencio. Y el rapero Daddy Yankee, de gira en Nueva York, recuerda haber visto la cobertura noticiosa del huracán y sentirse atónito. Pero el sentimiento de impotencia no los superó.
Ellos y otros artistas, que viven en Puerto Rico o tienen fuertes vínculos con la isla, entraron en acción. Algunos recaudaron fondos para la ayuda; otros repartieron directamente víveres y bienes. Todos recurrieron a su arte.
A un año del huracán, les preguntamos a diversos músicos, actores y comediantes puertorriqueños sobre cómo la tormenta afectó sus vidas e influyó en su trabajo. También les pedimos a tres artistas que obtuvieron una residencia del Museo de Arte Contemporáneo de Massachussetts que nos compartieran las obras inspiradas en la devastación del huracán.
Las entrevistas fueron ligeramente abreviadas.
Buscabulla
La banda de indie pop está compuesta por Raquel Berrios y Luis Alfredo del Valle. La pareja boricua había vivido una década en Nueva York para impulsar su carrera; en febrero regresaron a la isla.
Raquel: Lo que me impresionó fue cómo reaccionaron tantos artistas y músicos que hacían cosas afuera de Puerto Rico. La diáspora se vio muy afectada. Siempre hubo músicos con toques políticos, pero el María cambió a mucha gente. Creo que muchos nos hemos hallado y reconocido como parte de una comunidad cuando quizá antes no lo hacíamos.
Empezamos el fondo Prima, Puerto Rico Independent Musicians and Artists, para poder ayudar con dinero de emergencia a los músicos independientes. Muchos trabajaban en bares o restaurantes y no tenían dinero ni dónde comer. Con ayuda de una organización sin fines de lucro en el Bronx se pudo enviar el dinero por giro postal o cuando alguien iba de Nueva York a Puerto Rico; eran dispendios de 500 dólares para que la gente pudiera tener con qué comer o pagar la renta.
Y queríamos mudarnos de regreso. Tenemos una hija de 4 y desde antes de que naciera lo habíamos pensado, porque extrañábamos Puerto Rico.
Luis: Pensamos que si había un buen momento, era este: no solo por tu nación, sino porque quieres estar ahí para tu familia y tus seres queridos.
Raquel: Se sentía como que éramos necesitados aquí. Tanta gente de nuestra edad se ha ido y nosotros queríamos hacer algo que anclara nuestro trabajo, que le diera un mayor significado. Ahora ya no es solamente un álbum, es mucho más. Cuando escuchamos nuestra música aquí es mucho más emotivo y también hay algo de ira en nuestra música. Regresar después de doce años es una combinación de dicha y de tristeza, y también de incertidumbre.
Lin-Manuel Miranda y Luis Miranda Jr.
Lin-Manuel Miranda, nacido y criado en Nueva York, es el compositor y escritor ganador de premios Pulitzer y Tony por la obra musical Hamilton. Luis Miranda Jr., su padre, fue el presidente fundador de la Federación Hispana; creció en Puerto Rico y ahora vive en Nueva York. Fundaron el Fondo Flamboyán para las Artes para ayudar a artistas y organizaciones culturales en Puerto Rico. Entre otras acciones, con el fondo será renovado el teatro de la Universidad de Puerto Rico para una puesta de Hamilton.
Lin-Manuel: El silencio. El silencio es lo único que se escuchaba desde Puerto Rico cuando azotó el huracán María. Luego empecé a ver la cantidad de pueblos que necesitaban ayuda que aparecían en mi Twitter. Llamados de personas desesperadas en espera de saber algo de sus seres queridos en la isla. Mi familia estuvo igual.
Como escritor, canalicé mi frustración y temor para hacer una canción. Estaba de vacaciones, pero terminé el viaje antes. Cuando llegué a Nueva York de inmediato fui al estudio para grabar el demo de “Almost Like Praying”, un sencillo cuyas ventas eran para beneficencia y a la vez un himno de esperanza. Contacté a todos los artistas puertorriqueños y latinos que conocía, y a muchos que no conocía, para que me ayudaran a llenar ese silencio con el fin de recaudar fondos para el trabajo que la Federación Hispana ya había empezado a hacer directo en la isla.
Veintidós artistas dejaron lo que estaban haciendo para ayudar, todo en un solo fin de semana. Una semana después lanzamos el sencillo en algunos programas televisivos que fueron muy generosos al darnos el espacio. La letra de la canción es sencilla, con menciones de los 78 municipios de Puerto Rico, para que haya un reconocimiento audible de todos los lugares y personas que tenemos cerca del corazón.
Desde el lanzamiento, y con las generosas donaciones de 200.000 personas de todo el mundo, así como patrocinios y asociaciones, recaudamos más de 42 millones de dólares para el trabajo de la Federación Hispana en Puerto Rico.
Luis: Los primeros meses nos enfocamos en ayuda general, como comida o generadores eléctricos, y el tema de las artes parecía un lujo. Pero en cuanto sentimos que los proyectos de la fundación ya estaban financiados lanzamos el fondo artístico. El mundo de las artes puertorriqueño necesita recuperarse de lleno después del María.
La renovación del teatro de la Universidad de Puerto Rico, de la que soy graduado, es el primero de varios proyectos. También hemos dado fondos a grupos de danza y organizaciones comunitarias y a la empresa Y No Había Luz, que hace arte callejero.
Lin-Manuel: Ya pasó un año desde que el huracán María devastó a Puerto Rico. Se ha hecho mucho, pero el camino a la recuperación es largo y nada sencillo. Es más importante que nunca que nuestras voces se mantengan poderosas para recordarle a Washington que los estadounidenses que viven en la isla necesitan ayuda.
Isel Rodríguez y Lucienne Hernández
Los actores y comediantes son parte de Teatro Breve. Se han agotado casi todas las entradas para su acto más reciente, Noche de Jevas 8.
Lucienne: Acabábamos de invertir en renovaciones. Como una familia que ya no está a gusto con el alfombrado del departamento que renta, decidimos renovar. Luego llegó el huracán María y el lugar se inundó, como tantos otros lugares en Puerto Rico. Todos los teatros viejos tienen problemas de humedad y de moho, pero se volvieron grandes problemas después del huracán. Cada vez que llovía después del huracán era como una pesadilla, y eso que nosotros sí teníamos un techo sobre nuestras cabezas. ¿Te imaginas cómo es para quienes aún tienen que usar esas carpas y toldos azules?
Había pasado quizá una semana después del huracán cuando nos intentamos comunicar, pero hasta coordinar una reunión parecía imposible. El trabajo de todos en ese entonces era intentar conseguir gasolina o agua potable. Y también cuando nos reuniéramos íbamos a tener que hablar de qué chistes contarle a la gente, pero eso se preveía difícil porque todos estábamos deprimidos.
Incluso si el teatro hubiera estado en buen estado, no teníamos cómo decirle a la gente que estábamos de regreso. Nadie nos iba a ir a ver. No porque no quisieran, pero ni siquiera tenían gas para llegar.
Empezamos a escribir un programa sobre el huracán, pero nos dimos cuenta de que la situación no era graciosa como para eso. Así que esperamos y poco a poco empezamos a reunirnos, a acostumbrarnos a funcionar en este desastre.
Isel: Creo que regresar a trabajar nos ayudó a establecer un sentimiento de normalidad y nos dio un propósito. Nunca que se nos ocurrió contar una historia distinta, entonces teníamos que pensar sobre qué era lo gracioso dentro de todo lo que sucedía. Para mí no se trataba de: “¿Es posible hacer comedia después del huracán?”, sino de: “¿Cómo no hacerlo?”.
Pensamos que íbamos a perder al público, pero después del María llegaron. En medio del desastre vinieron a vernos y pagaron por las entradas. Querían ver algo y reírse. Las comunidades artísticas y culturales nos hemos unido, pero no puedes evitar pensar en el futuro. Nuestra situación económica y la situación sociopolítica han, de cierta manera, sido peor que el huracán María.
Luis Fonsi
Fonsi es reconocido sobre todo por la canción “Despacito”. Nació en San Juan y vive en Miami. Un mes antes del huracán María fue nombrado embajador turístico de Puerto Rico.
Unas dos semanas después de la tormenta organicé un vuelo para ir. Le pedí a JetBlue que me prestara un avión, me lo dio y lo llenamos de provisiones. Les hablé a todos mis amigos artistas como Ricky Martin o Nicky Jam y lo organizamos juntos. Todos dijeron: “Lo que se necesite”. Nos unimos y la unión hizo la fuerza. No recibimos mucha ayuda del gobierno, pero esa es otra historia. Lo queríamos hacer. Teníamos que hacerlo.
Definitivamente, fue un viaje emotivo, no voy a mentir. Cuando estábamos por aterrizar el piloto se fue por otra ruta para que viéramos casi todo Puerto Rico y era una isla distinta.
Mientras digo esto todavía se me ponen los pelos de punta. No había nada verde, parecía que había estallado. Nadie en el avión evitó las lágrimas en los ojos. Pero poder llevar no solo bienes, sino dejarles saber que estamos ahí, que todos podemos juntos…
Los puertorriqueños son personas positivas y felices. Hemos vivido muchos huracanes. Antes del María, cuando había un huracán hasta se volvía la excusa para reunirse a jugar dominó o dejar de ir a la escuela o al trabajo unos días y echar unas cervezas. Ahora es otra historia.
Para mí, salió algo genial de todo: establecí mi fundación. Es algo que quizá no habría hecho sin el María. Está pensada para ayudar a reconstruir los hogares de personas de bajos ingresos en Puerto Rico, sobre todo en la zona de La Perla, donde grabamos el video de “Despacito”.
Ahora creo que la relación entre todos se ha fortalecido. No sé si aún estaremos escribiendo canciones, porque también es algo que quieres superar: ir pa delante.
Daddy Yankee
El rapero veterano conocido como el rey del reguetón cruzó hacia Estados Unidos continental por primera vez en 2004 con su álbum Barrio Fino, que tenía la canción “Gasolina”. Nacido en San Juan, es uno de los principales embajadores culturales de la isla.
Estaba de gira por Nueva York cuando azotó el huracán. Recuerdo ver la cobertura de mi isla en vivo mientras la devastaba el huracán y fue inconcebible, algo que nunca me había tocado. De inmediato empecé a juntar provisiones y llené el avión con baterías, agua, medicinas, pañales.
Tres o cuatro días después del María ya estaba ahí con todos intentando ayudar a mi gente, en la capital y en la provincia. Fue devastador ver la isla después de aterrizar. Aún tengo esa memoria, vívida en mi mente. Como fuego, apocalíptico, todo café, todo quemado.
Estuve ahí dos meses. Se supone que íbamos a lanzar un álbum en octubre, pero pospusimos todo hasta enero. Por alguna razón cuando vi la isla así de devastada pensé que ya no tenía nada. Fue como volver a empezar mi carrera, a sentir que tendría que esforzarme todavía más esta vez. Esa es la mentalidad de todos en la isla: ahora hay que trabajarle aún más.
Fue terrible pero también estuvimos todos juntos y la isla necesitaba eso. Necesitaba que estuviéramos juntos, porque no se había visto esa unidad en tres décadas.
Ahora se ven los frutos. Y en nuestro caso, pues la gente no quiere nada de mala vibra, con música que tiene aún más ritmo que antes. Queremos intentar divertirnos.
Modesto Lacén
Lacén, actor de más de veinte películas grabadas en Puerto Rico, ahora es uno de los protagonistas de Fistful of Dirt, el primer largometraje rodado ahí desde el huracán. Es un cuento de hadas oscuro en el que un niño de 10 años camina por el paisaje devastado de Loíza, en la costa noreste.
Antes de la tormenta estaba en dos obras que iban a salir de gira por la isla, tenía programados dos estrenos fílmicos e iba a ser el portavoz de una empresa de aire acondicionado. Se canceló todo. No volví a trabajar hasta A Fistful of Dirt, que empezó a rodarse a finales de diciembre.
El director, Sebastián Silva, tenía una historia originalmente ambientada en Polonia. Pero Sebastián había visto Loíza y le encantó. Quería actores negros de Loíza y me buscó.
Loíza es considerada la cuna de la tradición africana en Puerto Rico, es conocida por su comida deliciosa y la música bomba. Sebastián vio todo eso y lo puso en la película. Encontraron al niño Julio Gastón Ramos en una audición abierta y contrataron a gente del pueblo para ser extras, incluido mi hermano. El elenco fue totalmente de personas negras. No vemos a suficientes afrolatinos y eso fue muy especial para mí.
La mayoría de la película muestra cómo eran las cosas en ese entonces, y cosas que yo viví, como filas de once horas en espera de gas para los generadores de poder. Durante la toma usamos algunos generadores por una o dos horas, pero casi todo fue con luz natural.
También soy parte de Taller Salud, una organización feminista que ha sido clave para la reconstrucción en Loíza. Después de la tormenta contactaron a los líderes de la comunidad para crear un censo de qué casas se derrumbaron, cuántas mujeres estaban embarazadas, cuántos ancianos había y así. Eso ayudó a canalizar la ayuda.
En mayo me mudé a Los Ángeles, algo que planeaba hacer desde antes del huracán. Pero regresé a Loíza hace unas semanas y las cosas ya van mejor. La mayoría de las personas ahora tienen electricidad, aunque algunos han tenido problemas con la ayuda porque no tienen los títulos de sus casas. Y la industria fílmica de Puerto Rico ha vuelto a comenzar, con algunos estrenos. Esperamos poder mostrar A Fistful of Dirt en Loíza pronto.