El gobierno estadounidense ha tomado la poco habitual decisión de sancionar directamente a un jefe de Estado. Nicolás Maduro ha sido incluido en la lista de dictadores, se le prohíbe pisar suelo de EEUU y recibir dinero del país norteamericano. Pero se guarda por ahora la medida más contundente contra el régimen de Maduro que tiene a su alcance: apuntar a las importaciones de petróleo de Venezuela.
Se une así a los 13 funcionarios y exfuncionarios venezolanos sancionados anteriormente por alegados abusos de derechos humanos, corrupción y acciones para minar la democracia.
“(Maduro) se a une un club muy exclusivo”, ha ironizado en una rueda de prensa H.R McMaster, asesor de Seguridad Nacional. Se refiere al grupo de líderes directamente sancionados por Washington, como el presidente sirio, Bachar al Asad, el norcoreano Kim Jong Un y el dictador de Zimbabue, Robert Mugabe.
La decisión se produce un día después de las elecciones venezolanas a una Asamblea Nacional Constituyente, que busca escoger a redactores de una nueva Constitución. Washington lo considera una “farsa”, al igual que la oposición venezolana, que no se presentó por considerarlo “fraudulento”.
LOS EXPERTOS CREEN QUE PUEDE FAVORECER A MADURO
“Las sanciones generalizadas contra Venezuela podrían jugar a favor de Maduro. Pueden convertirse en un chivo expiatorio culpable de todos los problemas económicos de Venezuela”, ha revelado a AFP el politólogo Eduardo Ríos Lucerna.
Según Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, sancionar al gobierno venezolano “solo exacerbaría la grave crisis humanitaria y podría provocar un aumento de los precios de petróleo”.
“Podrían causar una hambruna y una crisis de refugiados en la región”, opina David Smilde, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos. Una situación así “generaría resentimiento contra de EEUU” y, probablemente, “un mayor acercamiento entre Venezuela, Rusia y China”.
“Hemos visto esta secuencia antes. Las sanciones económicas en contra de Cuba no provocaron un cambio de gobierno sino más bien ayudaron a los Castro a atornillarse en el poder durante 55 años”, ha añadido.
Además de EEUU, Colombia, Panamá, Perú, Argentina, Costa Rica, México y España no reconocen la Constituyente. Brasil llamó a Maduro a suspender su instalación. Por su parte, Cuba ha denunciado de su lado un “ataque a nivel internacional para silenciar la voz del pueblo venezolano” dirigida por Washington, Bolivia ha pedido respetar la asamblea y El Salvador espera que sirva para superar la crisis.
EEUU LO LLAMA DIRECTAMENTE “DICTADOR”
“Cualquier persona que participe en esta ilegítima ANC podría ser expuesto a futuras sanciones por minar el proceso democrático y las instituciones en Venezuela”, ha apuntado Steven Mnuchin, jefe del Tesoro, que ha reiterado que EEUU “no se mantendrá quieto a medida que Venezuela continúa su derrumbe”.
El gobierno de EEUU ha calificado sin ambages a Maduro como un “dictador”, algo que había evitado hasta ahora. “No es solo un mal líder, ahora es un dictador”, ha dicho McMaster. Mnuchin, ha subrayado que “las elecciones ilegítimas de ayer confirman que Maduro es un dictador que ignora la voluntad del pueblo”.
Washington ha evitado, como se había especulado, aplicar medidas contra las importaciones de petróleo venezolano a EEUU. Este flujo es vital para la maltrecha economía venezolana, que atraviesa una crisis y una inflación disparada por encima del 700% anual, ya que las ventas petroleras son el 92% de sus exportaciones y el 40% de ellas tienen como destino EEUU.
Las exportaciones petroleras venezolanas a puertos estadounidenses, cerca de 750.000 barriles diarios, son de las pocas comercializadas a precios de mercado y que, por tanto, son rentables. Si se detuviera o alterara, la fuerte vinculación petrolera entre Washington y Caracas acarrearía también efectos sobre la economía estadounidense, aunque más livianos.