Las elecciones municipales en Francia, cuya primera vuelta se disputó ayer, han sido un fiasco, en todos los ámbitos, para el presidente Emmanuel Macron. Los candidatos del partido gubernamental, La República en Marcha (LREM), han perdido en la inmensa mayoría de las grandes ciudades, con resultados incluso humillantes en París y sobre todo en Lyon.
La misma celebración de los comicios, en plena epidemia del Covid-19, ha sido muy cuestionada, por entrar en abierta contradicción con las severas restricciones ordenadas para prevenir el contagio. Cada vez son más las voces favorables a una cancelación de la segunda vuelta de la votación, prevista para el próximo domingo. Desde el punto de vista sanitario será un riesgo inasumible.
Es especialmente dolorosa la derrota de Gérard Collomb, exministro del Interior, en Lyon
En este sentido, el presidente Macron se dirigirá de nuevo al país, por televisión, esta noche, a las 20 horas y podría anunciar más medidas contra el coronavirus así como, probablemente, la cancelación de la segunda vuelta de las municipales.
Si las municipales debían servir para una consolidación de LREM, el desenlace ha sido más que decepcionante. La candidata de la formación de Macron a la alcaldía de París, Agnès Buzyn, exministra de Sanidad, quedó tercera, con un 17% de votos, por detrás de la socialista Anne Hidalgo (30,2%) y de la conservadora Rachida Dati (22%).
El desastre para LREM ha sido aún más evidente en Lyon, donde había dos elecciones paralelas, a la gran entidad metropolitana y a la ciudad propiamente dicha. Para presidir la primera se presentaba el actual alcalde, el veterano Gérard Collomb, exministro del Interior. Ha logrado un muy modesto 16,5% de votos, quedando en cuarta posición. Collomb fue uno de los pesos pesados socialistas que se pasaron al bando de Macron cuando éste decidió optar al Elíseo. En otoño del 2018, poco antes de que estallara la revuelta de los ‘chalecos amarillos’, abandonó el Gobierno para regresar a Lyon, donde volvió a ocupar la alcaldía que había ejercido ya durante 17 años. Los electores han castigado esta actitud caciquil de intentar perpetuarse en el poder.
Los comicios locales han visto emerger a Europa Ecología-Los Verdes (EELV) o a coaliciones en torno a ellos, que han ganado la primera vuelta en Lyon, Estrasburgo y Grenoble, entre otras urbes importantes.
Como único premio de consolación, LREM ha debido conformarse con su victoria en El Havre, donde se presentaba el primer ministro, Édouard Philippe, que había sido alcalde de la ciudad. Pero se trató de una extraña maniobra que sería incomprensible en otros países. Philippe concurrió sin voluntad real de ejercer de alcalde, sino únicamente para aprovechar su tirón personal y atraer votos para el partido. Su intención, en caso de vencer en el segundo turno, es ceder la alcaldía a un segundo y, si Macron lo no echa, continuar como primer ministro. Otros tres miembros del Gobierno -los titulares de Cuentas Públicas, de Cultura y de Colectividades Locales- también fueron elegidos en sus pequeñas ciudades. Si no siguieran en el Gobierno, tendrían empleo asegurado ocupando los cargos municipales.
En Perpiñán se confirmaron los sondeos y ganó por amplio margen el candidato de la ultraderecha, Louis Aliot, excompañero sentimental de Marine Le Pen, que obtuvo el 35,6% de los votos, muy por delante del alcalde saliente, el conservador Jean-Marc Pujol, que se quedó en el 18,4%. La capital de la Catalunya Nord lleva años siendo un bastión de la extrema derecha, aunque Aliot, que se presenta por tercera vez, no ha podido ser alcalde porque se le ha frenado siempre en la segunda vuelta.