Se abren las puertas doradas del hospital y aparece Donald Trump, saliendo del centro médico Walter Reed después de tres días ingresado debido a la COVID-19.

Cuando queda menos de un mes de las elecciones en Estados Unidos, la puesta en escena ha sido estudiada. Pulgar en alto, mientras se oyen lejanos, desde el otro lado de la calle, los gritos de sus seguidores.

Nada sugiere que esté enfermo. El presidente se presenta como el mandatario que, con 74 años y pocos factores a favor, venció al virus, pese a que sus médicos advierten de que aún no está fuera de peligro.

“Estamos en un terreno desconocido”, advierte el médico del presidente

“Nos mantenemos cautelosamente optimistas y en guardia porque estamos en un terreno desconocido, con un paciente que ha recibido terapias hace poco.Vamos a ver qué ocurre el fin de semana y si llegamos al lunes con él en el mismo estado o mejor, entonces todos daremos un respiro de alivio“_, explicó el doctor Sean Conley a las puertas del hospital. Recalcando que Trump está recibiendo un tratamiento puntero 24 horas al día.